viernes, 4 de diciembre de 2015

CUENTOS DE NAVIDAD II (2015)

Volvemos con más cuentos de temática navideña. 
Nos gusta decirles a todos que A PESAR DE TODO LA GENTE ES BUENA.

El mejor premio es compartirlo
Solía pasar mis Navidades en familia. Me encantaba. Era como aquellas veces en las que esperas algo impacientemente y hasta puedes llegar a obsesionarte por su llegada. Siempre quería ayudar a prepararlo todo para cuando llegaran. Era una sensación de amor de familia que cada año repetíamos con gusto.
Tenía un hermano mayor, mis padres y mi abuelo, y, aunque fuera una familia pequeña me bastaba y me sobraba con ellos, era demasiado feliz,  me hacían sentirme así.  También me emocionaba la llegada de mis regalos, mi abuelo siempre me decía que el mejor premio es compartirlo, no lo entendía, si es mi regalo tendría que ser para mí, ¿no?
A medida que fue pasando el tiempo, todo iba cambiando…, como si cada año fuese una nueva vida o algo así. Mi tristeza se iba agotando, mi infancia había pasado ligera y sin darme cuenta maduré. Es malo madurar y más si sabes lo feliz que puedes ser siendo un niño, ojala pudiera retroceder el tiempo y cambiarlo todo. Era una niña muy exigente conmigo misma hablando de estudios, y siempre quise llegar a ser algo en la vida… todo marchaba bien en mi vida, dentro de lo que cabe en la vida de un adolescente, hasta que todo dio un giro y nada volvió a ser lo mismo, nadie podía cambiar nada, porque son cosas que ocurren así sin más. Siempre he creído que mis padres nunca han apreciado mis esfuerzos y dedicaciones a un libro, que me comparaban demasiado con mi hermano reprochándome que él era mejor hijo porque sabía serlo, porque siempre había sido bueno y porque nunca le había hecho daño a mis padres. ¿Acaso yo se los hice alguna vez? Sería el paso del tiempo también lo que debió hacerlos cambiar conmigo, nunca me habían tratado así, nunca sentí más el cariño de mis padres ni mucho menos respeto. Me faltaba el calor de mi familia, esa con la que me encantaba unirme en momentos especiales. No me entendían, ni nunca supieron entender que llevaba demasiadas cosas por delante, que me ahogaba en ocasiones por momentos de presión y que más me hundía no tener unos padres, porque sinceramente ya no me acuerdo de la sensación que se tiene al recibir un abrazo de una madre.
Ya no quería pasar las Navidades junto a ellos, solo quería encerrarme en mi habitación y relajar mi mente. Sin embargo, las pasé, por mi abuelo, porque era mayor y porque quería que él si sintiese el calor de una familia. Solo él me sacaba una sonrisa, con esos besos que te da cuando llega o cuando se va, con sus historias, esas historias en la que te la imaginas como si la estuvieses viviendo en ese momento porque supone una magnífica conexión entre un abuelo y un nieto, esas sonrisas que recibía de su parte con tan solo verme feliz a mí. Tan solo me hacía feliz mirarlo, como con sus manitas temblorosas partía un trozo de pan, como nos miraba con su carita de alegría al compartir una cena con nosotros, esas cosas que solo las disfrutas en una parte de la vida y que ya nunca más las vuelves a disfrutar. 
La Navidad de 2011- 2012, seguía igual con mis padres no les quería mirar a la cara, pero quise ocultarlo para cuando llegará mi padre con mi abuelo al que esperaba impacientemente con su regalito de Reyes que se lo daba la noche de Navidad porque no podía ir a verle en Reyes, estaba segura que le encantaría y que se pondría muy contento otro año más. Sonó el motor del coche, y al reconocerlo salí a la calle corriendo para darle un gran beso a mi abuelo con su respectivo regalo escondido detrás de mí. Miré desde mi patio, antes de abrir la cancela solo ví a mi padre, de pronto algo muy fuerte sentí en mí, se me saltaron las lágrimas. 
Mi padre entra y me mira, no me dice nada solo pasa de mí y entra en la casa. Caí de rodillas en el suelo, sentí como todo caía sobre mí, el mundo se había parado y no pensaba ni quería pensar en nada. Me quedé como media hora en la calle, sentada en el bordillo con muchísimo frío y con una sensación de mal estar, parecía estar enferma pero no me importaba solo quería que todo volviera a mi infancia, esa que tanto extraño… Mi hermano con sus ojos empañados y su rostro apagado vino a por mí, todos los adornos estaban apagados, ya la comida no estaba en la mesa como la preparé, mis padres estaban a punto de salir.  
No quise preguntar lo que pasaba, ya lo sabía, tal vez si no hubiera madurado no lo hubiese entendido. Ya todo se había acabado para mí, ya no tenía familia. Dejé mis estudios, y me fui de mi casa, nunca volvería ni nunca lo hice. Me busqué la vida en la calle, donde a mis padres no le importaba que estuviera, sobreviví y conseguí llegar a ser algo en la vida, ahora ayudo a los niños huerfanitos, les doy todos mis juguetes en honor a mi abuelo que tanto me aconsejaba que lo compartiera y pertenezco a una organización creada por mí con el nombre “El mejor premio es compartirlo”.
Inmaculada Merino Fernández 3º ESO – A.

Un amigo por Navidad

Hoy era lunes, pero no un lunes corriente, era el lunes de Nochebuena. 
Claudia y su familia se han mudado a un pueblo pequeño, pero muy encantador, porque su padre había conseguido un trabajo nuevo. Cuando llegaron a la casa, no es que fuera muy bonita pero era acogedora.  Claudia subió a soltar las cajas a su habitación y salió a dar una vuelta para ver si podía hacer amigos. Vio a varios chicos y chicas pero todos eran muy desagradables con ella. En su anterior pueblo donde vivía tampoco tenía muchos amigos así que tenía la esperanza de tener alguno en este pueblo. Cuando se hizo de noche volvió a su a su y se puso a cenar, después cantó algunas canciones con sus padres para  hacer un poco más bonita, un poco mejor la cena de Nochebuena. Al cabo de una hora subió a su habitación y se durmió, soñando en que mañana sería un día mejor. Pasaron los días y Claudia seguía triste, sus padres se dieron cuenta de lo que le pasaba y aunque no tenían mucho dinero pensaron en comprar un animal que estuviera con ella y fuera su amigo. El día antes de reyes Claudia salió a la calle, y allí conoció a una chica llamada Lucía, esta tenía la misma edad que ella y l cabo de unas horas se hicieron buenas amigas,  las chicas fueron a dar un vuelta, en un camino cerca de donde se conocieron y Lucía le presentó a varios amigos y Claudia contenta se fue a su casa. Cenó, vio un poco la televisión y se fue a dormir.


Por fin  era el lunes de reyes y los padres de Claudia fueron a comprar un erro para Claudia, fueron a la perrera y vieron un cachorro muy bonito y de color blanco. Claudia salió con sus padres y vieron las carrozas, después de esto se fueron a su casa y se pusieron a cantar y bailar junto al árbol de navidad, luego se fueron a dormir.  La mañana siguiente Claudia bajó corriendo las escaleras  ilusionada, pero no había nada en el árbol, ella comprendió que era porque sus padres no tenía mucho dinero y se fue a preparar el desayuno, de repente los adres de Claudia aparecen por detrás con un perrito blanco precioso, esta se puso a llorar, después cogió al perrito en brazos y le dio un abrazo a sus padres. Ese fue el día más feliz de Claudia, donde conoció a su mejor amigo, Snow




María García Sánchez.      3 ESO B.

La Navidad de Alín
        Alín era un niño de Rumanía, que vivía en España. Él había inmigrado a España porque en su país había mucha pobreza y su familia no tenía dinero  para alimentarse y vivir bien.
        Eran tres hermanos, Alín había venido con su padre y su madre, sus hermanos se quedaron en Rumanía con los abuelos. Alín y sus padres tenían muchas ganas de volver a su país para ver a su familia, estaban trabajando mucho para conseguir el dinero y poder viajar allí y para reunirse con la familia. Alín faltaba mucho a clase, nunca decía por qué, pero sus compañeros averiguaron que ayudaba a sus padres trabajando para poder viajar a su país.
        Los compañeros oyeron que llegaba un concurso del ayuntamiento sobre historias de Navidad, el premio era una importante cantidad de dinero, y  pensaron que este sería un buen modo para pagar la excursión que tenían de fin de curso.
        Presentaron su historia, y por fin llegó el día en que dirían los ganadores del concurso. Todos estaban impacientes porque dijeran los ganadores, había tres premios, dieron el tercero y el segundo  pero no lo ganaron, así que se desanimaron, pero cuando pensaban que ya no tendrían posibilidades, alguien dijo sus nombres, habían ganado el primer premio y subieron al escenario a recogerlo.
        Al día siguiente todos estaban muy contentos y en clase un amigo de Alín, Luís, como estaba cerca la Navidad, dijo que se le había ocurrido darle el dinero a Alín para ayudarle y no tener que faltar más a clase. Los compañeros al saber qué le pasaba a Alín le dijeron que sí, iba a ser un regalo sorpresa.
        El día que dieron las vacaciones de Navidad se lo dieron. Alín llegó a su casa y se lo dijo a sus padres, todos se pusieron muy contentos.
Por fin iban a poder ir a Rumanía para ver a su familia y pasar unos días con ellos, y Alín no tuvo que faltar a clase nunca más para ir a trabajar.
        Pasaron las Navidades muy felices y contentos en familia, fueron las mejores Navidades de Alín y nunca olvidaría lo que sus compañeros hicieron por él.

                                     ANTONIO ESCAÑO (3º ESO A)



LA ESPERANZA DE LA NAVIDAD
Cuando llega la navidad miles de familias se reúnen para comer, estar juntos y pasarlo bien. Las calles y casas quedan adornadas muy bonitas. En fin, solo se oye de hablar de navidad pero no pensamos en las miles de familias que no pueden estar reunidas por problemas económicos, problemas familiares...
En un pequeño pueblo había un chico que soñaba con ser jugador profesional de fútbol. Todos los días iba a jugar con sus amigos a la calle. Todos ellos menos él jugaban en el equipo profesional del pueblo pero él a pesar de lo bueno que era no podía jugar en el equipo por escasez de dinero. 
El entrenador del equipo vio aquel chico jugar en la calle y le preguntó que por qué no estaba apuntado en el equipo, ya que estaba interesado por él. El chico le contestó que le gustaba mucho pero que no tenía dinero. El entrenador fue a hablar con la familia y esta negó dejar ir al chico a jugar al fútbol ya que no se podía consentir pagar el fútbol ya que debía mantener a la familia. 
Este lo comprendió y lo intentó ayudar. 
Ya llegando la navidad la familia del chico decidió comprar algo bueno para comer ya que era la cena de Nochevieja. En esa cena la madre se refirió al chico “lo siento pero creo que es imposible que vayas a poder jugar al fútbol. El chico contestó educadamente y se fue a la habitación llorando. 
Él pidió, pidió y pidió que su sueño se hiciera realidad pero no se cumplió. Llegando el día de Reyes al chico todavía no se había cumplido su sueño. Cuando vio a todos sus familiares con los regalos, se fue y empezó a llorar en un rincón. Pero cuando su esperanza estaba perdida, el chico pidió con todas sus fuerzas y de momento el entrenador se presentó en su casa dando permiso para poder jugar en el equipo oficial. La Magia de la Navidad hizo que un niño pobre y triste se convirtiera en un chico feliz con su sueño de ser futbolista cumplido.
Cristian Morales (3º ESO A) 

CUENTOS DE NAVIDAD I (2015)

De nuevo llegan fechas importantes.
Y otra vez bonitas y entrañables historias salen de nuestros niñ@s.
LOS QUERUBINES DE UN POBRE
Llegaba la navidad en París, Francia. Se adornan tiendas, casa, todo se engalana para vivir la fiesta que une a las familias alrededor de la mesa ese esperado día 25 de diciembre. El ambiente por las noches es fantásticos con los alumbrados, la emblemática torre Eiffel y cayendo los primeros copos de nieve. En fin, parece que esta fiesta solo tiene una cara buena, pero ¿Por qué todo el mundo cree eso? Pues porque nadie se acuerda de los más necesitados, aquellos que tú vas viendo escaparates con iPhone, abrigos de pieles y los pasas desapercibidos. Bueno, pues os voy a contar una historia de una de las personas de este gremio en particular.
Cristian, se llamaba el amigo de esta bonita pero un poco dramática historia, él era huérfano y vivió con muchas familias de acogidas de padres como cencerros para que nos entendamos, y cumplió la mayoría de edad y se fugó de la casa de dos ancianos ya de 65 años a los que se dedicaba a cambiarle pañales, intentó buscar trabajo, la educación que el tubo no fue excelente que digamos aunque pienso que si hubiera tenido las oportunidades, habría sido un excelente científico, matemático, o quien sabe… pues fue muy desgraciado en su vida y acabo pobre como las ratas y en la calle, solo le quedaba la esperanza de que fuera a ocurrir un milagro, una familia con la que se llevó años lo educo s en la fe cristiana y desde que vivía en la calle dormía en un parque colindante a la iglesia de Saint-Sulpice y solía entrar a rezar o se quedaba en la puerta oyendo a misa. Pues mientras tanto en el cielo dos pequeños querubines eran me parece a mí ya de las pocas ‘personas’ si así se le pueden llamar que se preocuparon por él. Los dos querubines vista la situación de Cristian decidieron decirle a Dios que si podían ayudar a aquel desgraciado hombre, y Dios accedió a que lo ayudaran y por fin tuviera una prospera vida. Al portón de cielo llamaron y allí les esperaba san pedro,
-¿Qué se os ha perdido por aquí a vosotros pequeños querubines?
-la grata vida de un buen hombre es lo que se nos ha perdido san pedro, a sique Dios nos ha mandado a la tierra para que se la encontremos.
-bueno pues si es de parte del, tomad las llaves de cielo que yo aquí estaré guardando el portón.
Los dos pequeños querubines hasta la torre Eiffel bajaron y por Notre Dame pasaron hasta llegar a aquella humilde iglesia en la que él se encontraba.
-bueno ya sé que hay que darle a este desgraciado hombre, se le da muy bien el dibujo, por lo que veo en estos papeles que acaba de tirar a la basura, pues tengo una idea vamos a hacer que multitud de gente vea sus modestos dibujos.
Pintando el parque teñido de blanco se encontraba Cristian, una y otra vez pinto, pues esos dos angelitos el viento hicieron nacer y los papeles salieron volando y todas las personas que salían de la iglesia admiraron sus dibujos, le echaban tal cantidad de limosnas que se compró todos los utensilios necesarios para llevar a cabo las obras maestras que eran sus dibujos, la gente le llegaba a encargar dibujos y fueron cada vez más famosos en todo parís, ahorro y ahorro y fue comprándose ropa y cumplió su sueño por fin se compró una sencilla casa en la que tenía su taller y la gente le compraba cuadros y al final consiguió encontrar su amor gracias aquellos ángeles y formo una familia y ya no pasó ninguna navidad más en la fría calle, pero nunca dejó de ir a la iglesia.     
FIN
 Antonio Ignacio Cruz Colchero. 3 ESO A


·  Una historia de Navidad  ·

Esta es la historia de Don Alberto, un anciano que residía en un asilo de lujo. Fue un abogado de prestigio, vivía en un estatus alto, con buenos contactos, amistades de buen nivel y económicamente bien situado.
Pero las circunstancias hicieron que su vida se le truncara. A la vez que pasaban los años, perdió a un hijo en un accidente de tráfico y su mujer murió de una gran enfermedad. A raíz de estos sucesos, le sucedió una enorme depresión y, solo y viejo, tan solo pensaba en la muerte.
Al llegar la navidad se dio cuenta de que hay cosas que se pueden hacer en la vida por los demás que también te pueden te pueden alegrar a ti mismo, cómo ayudar a los desvalidos, apoyar a los demás o cosas tan simples como regalar una sonrisa, cosas que no valen apenas nada pero que son de gran valor para el que lo recibe.
La Navidad es una fecha muy importante para darse cuenta de que aunque creas que el mundo se te viene encima, hay gente que realmente están mucho peor que tú, a las que debemos ayudar. Hay un dicho que dice es más feliz el que da, que le que recibe.
Y a partir de aquella Navidad dedicó sus últimos años a los demás y olvidó sus problemas y sus penas, porque pensándolo bien no adelantamos nada lamentándonos. 
Lucía Naranjo (3º ESO A)

LA NAVIDAD
Érase una vez un pueblecito muy lejano, en el que había una familia muy pobre que se dio cuenta de que llegaban las navidades y apenas tenían dinero para decorar su casa. Los niños estaban preocupados porque pensaban que si su casa no estaba decorada, ni Papá Noel, ni los Reyes Magos, se darían cuenta de ellos y no traerían ni regalos ni paz a su hogar. Tan sólo tenían un árbol sin adornos.
Un domingo por la tarde los dos hermanos, Pablo y Lucía, decidieron revisar el sótano para ver si encontraban adornos para poner a su árbol. Sacaron un montón de cajas y solo encontraron un álbum con fotos de la familia y cosas viejas de los abuelos que ya no se usaban. Intentando colocar todo de nuevo Lucía encontró una bolsa amarilla que no habían revisado y su sorpresa fue que cuando vieron doce bolas rojas de navidad. 

Estaban superansiosos por colocarlas en el árbol. Los dos niños se pusieron muy contentos y subieron las escaleras de la casa corriendo para enseñárselas a sus padres.    

Ellos sonrientes, les dieron permiso para decorar el árbol, mientras su madre decidió hacer un bizcocho de chocolate para merendar.
Los niños lavaron las brillantes bolas y las frotaron para quitar el polvo. Después se quedaron mirando al árbol para encontrar las mejores posiciones para cada una de ellas. Sin embargo, cuando las colocaron, su ilusión se vino abajo. Cuando llegaron sus padres les preguntaron extrañados:
- Niños, estáis serios ¿Qué ha pasado? – Preguntó el padre-.
- Nada papá, es que aunque las bolas estén colocadas, el árbol es muy grande y solo así queda feo.

 Le respondió Pablo-.

- ¿Sabéis qué podemos hacer? – dijo sonriente el padre-. Pintar postales de colores y colgarlas en el árbol.
- ¡Qué buena idea papá! – Respondió Lucía entusiasmada-.
La familia merendó tranquilamente y después se pusieron a pintar postales que les quedaron muy bonitas. Las colgaron juntos y sonrieron al ver el árbol porque ya no se veía tan feo.
El día de Navidad los niños se levantaron corriendo de la cama y gritaron cuando vieron que su árbol estaba lleno de regalos.
- ¡Mamá, Papá, mirad cuantos regalos, y hay una carta encima de uno de ellos! – gritó Pablo.
- Cógela hijo y léenos qué pone – dijo su madre que bajaba por las escaleras a toda prisa-.
Cuando Lucía y Pablo abrieron el sobre se encontraron con esta nota y se sintieron muy felices: “la familia es el mejor regalo que uno puede tener, disfrutadla. Feliz Navidad, Papa Noel.”

 Adrián Rodríguez Monsalves (3º ESO A)

Los sueños siempre se hacen realidad
Una vez en un cortijo muy lejano, vivía una familia muy pobre. La niña se llamaba Ana y el niño se llamaba Luis. Ellos como vivían a las afueras del pueblo no tenían muchos amigos. Los dos hermanos se pasaban el día y la noche juntos porque sus padres así se lo habían enseñado. En el colegio sus compañeros de clase se reían de ellos e incluso los ridiculizaban porque lo veían mal vestidos.
Cómo se acercaba la navidad la maestra propuso a sus alumnos hacer una pequeña fiesta para recibir a los reyes magos. Cada uno tenía que llevar algo para celebrar esta fiesta, pero ellos se pusieron muy tristes ya que para ellos era imposible pues sus padres no podían comprarle nada, así que decidieron no asistir al colegio ese día. Sus compañeros empezaron, a burlarse de ellos y les decían:
¡sois pobres, sois pobres, así que no vendréis a nuestra fiesta! Cuando regresaron al cortijo ellos se lo contaron a sus padres, entonces su madre les contó un cuento sobre la magia de la navidad.
Aquella noche Luis y Ana se durmieron pensando en que aquel cuento que su madre le había contado se haría realidad.
Cuando por la mañana se levantaron, desayunaron y se fueron para el colegio, ¡era el día de la fiesta!, la fiesta de la navidad, donde según el cuento de su mamá donde todos los sueños de los niños se hacen realidad, donde nada es imposible, donde todo está lleno de bondad, unidad, felicidad e igualdad.
Y así fue, Ana y Luis pudieron disfrutar de la fiesta como el resto de sus compañeros, pudieron lucir sus disfraces, comer de todo lo que había e incluso sus mismos compañeros le pidieron perdón por todo el daño que le había estado causando al burlarse y alejarse de ellos. La profesora felicitó a sus alumnos por sus comportamientos y a partir de ese día, Luis y Ana, fueron felices porque gracias a todo lo que la señorita había hablado con sus compañeros les habían servido para reconocer el verdadero significado de la Navidad.
Ana y Luis este año en su carta a los reyes magos, solo le daba las gracias porque sus compañeros les quería y reconocieron sus malos comportamientos.

Juan Aranda (3º ESO)


Rebeldes

Hemos acabado la lectura de Rebeldes de Susan E. Hinton. Algunos han opinado a propósito de algún personaje.

  • En este caso las palabras de Sonia Flores (3º ESO B) van dirigidas a uno de los personajes, Dallas:
"Joven duro, pero con buen corazón, ayudó a sus amigos, salvó vidas, etc … pero finalmente, tras un incendio, su amigo Johnny murió en el hospital. Él lo intentó salvar y acabaron los dos malheridos, este tras ver morir a su mejor amigo se mató".
 
 
  • Ahora es Sebastián Lago (3º ESO C) el que nos dice a propósito del protagonista:
"Ponyboy es un chico de un barrio marginal, que ha vivido muchas experiencias malas en su vida, pero ha sido lo suficientemente inteligente como para aprender de cada cosa le ha ocurrido. 
En esta historia, Ponyboy te hace ver la vida desde otro punto de vista, una vida muy dura. Te hace reflexionar sobre la suerte que tenemos por tener cosas que nosotros no valoramos, pero que para ellos es algo increíble. Además, te enseña que pase lo que pase en la vida, tienes que seguir adelante como puedas, luchando por conseguir tus sueños y ayudando a que el resto lo consigan, dando siempre el máximo rendimiento posible y defendiendo siempre a tus amigos y a tu familia. Esto es lo único que necesitas para ser feliz en esta vida y que siempre están ahí ayudándote y apoyándote, tomes la decisión que tomes, aunque no sea la más correcta. 
Así que esto se puede resumir diciéndote, que este libro te cambia la forma de ver las cosas y te muestra que es lo único necesario para conseguir nuestros objetivos en la vida, estos objetivos se pueden simplificar en cumplir tus sueños y ser feliz, ya que es lo único que una persona necesita para ser feliz en la vida."
 
  • Sebastián sigue diciéndonos sobre Dallas:
                              EL SALVADOR SILENCIADO
"Se ha hablado mucho de dos chicos que salvaron a unos niños de la iglesia abandonada, pero poco de uno de los salvadores de estos chavales, ya que esta increíble persona, con una lista de antecedentes enorme, fue capaz de salvar a uno de los jóvenes y por ello tuvo graves quemaduras. Se ha conseguido recuperar rápidamente, pero sorprende que una persona con tantos antecedentes sea capaz de salvar de la muerte milagrosamente a este muchacho. A lo mejor es el principio de un cambio y ahora empezará a hacer el bien para ayudar a más jóvenes".


lunes, 16 de noviembre de 2015

NI UNA MENOS

Nosotros también estamos preparando mensajes de apoyo, solidaridad y concienciación ante los numerosos casos de muertes de mujeres a manos de sus parejas. 
Algunas muestras son:



     







domingo, 1 de noviembre de 2015

Nuevos cuentos: Halloween III

Por fin llega la tercera y última entrega de este año. 
Habrá unos que nos gusten más, otros que nos resulten horripilantemente entrañables y otros,...(no sé). No obstante, todos están impregnados de la ilusión y el esfuerzo de nuestr@s niñ@s. Por esto solo merece la pena pararnos y leerlos, gozar con ellos y dedicarles un poco de nuestro tiempo.  Por ellos. Gracias.

RELATO Nº 1
El  disfraz que cobró vida
Sandra y sus padres salieron a comprar las cosas para Halloween. 

Fueron a una tienda de disfraces y estuvieron viendo algunos, ella se fijó en uno, era un disfraz raro y por eso le gustó y preguntó cuánto costaba.
El encargado dijo que no estaba en venta. 
Sandra deseaba tanto ese disfraz que le rogó que se lo vendiera, este le dijo: te lo voy a vender, como tú quieras, pero es muy peligroso, cuando llegues a tu casa échale este líquido y déjalo secar. 
Después de los mandados, llegaron a casa y lo soltó en la cama y se le olvidó echar el líquido. 
Después de la cena, fue a su cuarto y el disfraz no estaba, por lo visto apareció guardado en el armario, ella creía que lo colgó allí su padre o su madre. 
Ese líquido era para que los malos espíritus se fueran y no causaran daños a esta familia. 
Durante la noche se escuchaba como si en el ropero estuvieran arañando las puertas, no se levantó para ver lo que pasaba puesto que muchas veces se colaba el gato de la vecina. 
Al día siguiente se preparaban todos para salir por las calles y pedir caramelos. 
A la hora Sandra se encontraba mal y volvió a casa y se tumbó en el sofá, al minuto llamó el de la tienda, parecía muy furioso y le dijo que se quitara el disfraz y lo arrojara en algún contenedor lejos de su casa, 
Sandra no entendía nada, se dio una ducha y al mirarse en el espejo vio a una mujer con su disfraz, salió corriendo y tiró el disfraz. Ya era tarde, el disfraz había recobrado vida, llegó a casa y se sentó en una silla y de repente escuchó unos arañazos que venían de su ropero, subió y allí estaba el disfraz, se asusto muchísimo y bajó para volver a llamar al encargado, marcó el número pero no existía, antes de colgar llamaron a la puerta y abrió, era el de la tienda que le explicó que el líquido era para desorientar a los malos espíritus del vestido, ya que este lo encontró una joven muchacha en una casa casi totalmente destruida, esta lo llevó a la tienda, donde  intentaron librarse del disfraz, lo quemaron etc.. pero siempre volvía al mismo lugar.
El disfraz pertenecía a una bruja que no quería que nadie tocara sus cosas y maldijo todo lo suyo y hacía que cada vez que alguien que tocara su vestido al mirarse en el espejo la viera vestida con él. 
Este hechizo se rompería si el espejo se partía sobre el vestido.

SONIA FLORES MACÍAS 3º ESO B


RELATO Nº 2
¿POR QUÉ A MÍ…?

Cada día miro a mi ventana tenebrosa pensando en aquello que me ocurrió, aquello que me cambió la vida por completo, aquello con lo que llevo viviendo toda mi vida.

Era un día un más de Halloween, un 31 de octubre más, una noche más donde los niños y los adultos se disfrazan de sus personajes de miedo favoritos, una noche en la que la luna aparecía y desaparecía con mucha facilidad, en fin, una noche ideal para celebrar Halloween. 
De repente llamaron a mi puerta, cogí las gominolas y cuando me dirigía a abrir unas aterradoras noticias sonaron por el televisor: “No salgáis de casa, mantened todas las ventanas y puertas cerradas y manteneros lo más alejados y resguardados posible” y al mismo tiempo sonaron todas las alarmas de la ciudad. 
De pronto se oyeron muchos gritos en la calle mientras en la televisión se oía: “Estamos siendo atacados por zombis, algo que no podemos explicar. Nuestros científicos buscan algún razonamiento para esto pero hasta ahora solo sabemos eso. Por favor no salgáis de casa.” De repente empezaron a llamar muchísimo más fuerte a mi puerta gritando: SOCORRO, SOCORROOO, POR FAVOR AYUDAAA” 
Mi cuerpo se quedó clavado al suelo, por mucho que quisiera moverme no podía. Pero mi fuerza de voluntad fue mayor y abrí la puerta. De repente un zombi se abalanzó sobre los niños y el hombre que había en mi puerta. Yo intenté ayudarlos pero no pude. Corriendo cerré la puerta, pero yo creo que eso fue lo peor que podría haber hecho. 
Cada vez más gente eran las que  llamaban a la puerta y más niños pidiendo auxilio y yo me quedé mirando a la ventana viendo como todo el mundo moría, viendo cómo cientos de niños morían. Yo corrí a esconderme en mi casa. Pero el ruido cada vez era más fuerte. De repente varios zombis quisieron entrar en mi casa y empezaros a abalanzarse con muchísima fuerza sobre la puerta. Yo con mucho miedo cogí las llaves de coche, me fui a la cocina, cogí un cuchillo y un botiquín y me fui al garaje para coger el coche y arranqué. Salí a toda velocidad y me dirigí hacia el bosque. 
De repente empezó a llover muy fuerte y en una curva mi coche se resbaló y se volcó.  Salí ilesa del accidente, solo un par de heriditas y tuve la suerte o la desgracia, de que justo a un par de metros había un pueblo. Me dirigí hacia él corriendo. Al llevar estaba destrozado. Las puertas y las ventanas abiertas de par en par, los supermercados y tiendas destrozados, en resumen, todo destrozado. Al mirar al cielo llorando vi sobre mi cabeza un cartel que ponía posada.  
Pensé que al no haber nadie me podía quedar allí a dormir así que, no muy segura la verdad, me dirigí hacia la posada. Al llegar, efectivamente no había nadie, así que me quedé a dormir. Al despertar hacía una mañana tan preciosa que ni me acordaba de lo que había ocurrido, hasta que miré a mí alrededor y me encontré mucha sangre por todas partes. Enseguida recordé que paso en la noche anterior pero no sé de dónde provenía esa sangre. Insegura de lo que hacía seguí e rastro que había de sangre hasta que llegue a una especie de túnel. Estaba muy oscuro y no se veía ningún fin. “Podría ser mi fin si entro pensé” pero luego mire a mi alrededor y me decidía a entrar. Todo iba bien hasta que algo me rozó la cara con una gran suavidad. Yo pensé “Habré sido yo sin darme cuenta” y continué hacia delante. Poco después vi una luz que cada vez estaba más y más cerca y pensé que era un tren. Asustada corrí a salirme de ese túnel, pero cuando fui a empezar a correr desapareció esa luz. Creyendo que la había apagado comencé a correr hacia el principio del túnel pero de repente tropecé con algo y perdí el conocimiento.
Al despertarme estaba rodeada de niños llorando, llenos de sangre y les pregunté que les pasaba. 
Ellos me dijeron que es que sus amigos y sus padres estaban muertos y que tenían miedo de que los mataran a ellos también. Entonces yo los abracé y les dije que no les iba a pasar nada mientras que yo estuviera aquí. Así nos llevamos 1 semana encerrados en una habitación sin comer. Al cabo de dicha semana día a día se iban llevando a uno de los niños y ninguno de ellos volvía. Aún recuerdo sus caras aterradas mirándome con todo el rostro lleno de lágrimas. Pero al acabar esa terrible semana, yo junto con muchos niños nos escapamos de la habitación. Todo estaba lleno de zombi así que fuimos con cuidado de que no nos vieran ni oyeran hasta que uno de los chicos, el cual tenía un gran catarro, estornudo y empezaron a perseguirnos. La única que escapó desgraciadamente fui yo y con discreción volví a casa.
Al cabo de varios meses algo muy fuerte sonó en mi puerta. Al abrir me encontré dos bolsas negras. Corriendo las cogí y cerré la puerta con mis 10 pestillos. No sabía que era y tampoco sabía si abrirlas o no, pero me decidía a hacerlo. Al abrirlas (se me encoje el corazón nada más de recordarlo) en la bolsa grande me encontré a Dani (uno de los niños que intentó escapar conmigo), decapitado. Empecé a chillar llorando” ¿QUÉ OS HA HECHO ÉL PARA QUE LE HAGÁIS ESTO?” y no quise abrir la otra, ya que sabía lo que había dentro.
Eso se repetía cada semana. Primero fue Dani, luego Luis, luego Sergio, luego José y finalmente David. En cada uno de ellos me ponía una nota con la fecha de la siguiente bolsa, menos en el último que me puso lo  siguiente

 La próxima bolsa a tu casa
irá vacía pero de ella saldrá 
llena y  junto con la
nota le llegará a alguien
que no te conozca.

Este es el motivo por el que no cierro los ojos nunca, por el que no pillo el sueño, por el que estoy siempre alerta, por el que…. no vivo en general.
De esto han pasado 3 años y no me ha pasado nada. 
¿¿Cuándo será ese día??
No creo que exista………………………………….pero,………. Creo que hay alguien en casa………….¿hola??...............AAAAAAAAAAAAAAAA  SOCORROOOOOOOOOOOO.
Esto ha sido lo último que se supo de María y  la nota se envió, pero, ¿te llegará a ti?

Macarena Cuesta Vela 3º ESO A


RELATO 3

CUALQUIERA LA HUBIERA TOMADO POR LOCA
Muchos no comprendían por qué una chiquilla tan bien educada e inteligente amaba una estúpida fiesta como es Halloween. Sin embargo, tenía sus motivos, pero nadie se había molestado en preguntárselos.
La causa tenía nombre y fecha: Chiara, dos de mayo de 2006.
Algunos imaginaban su historia; otros (a los que me atrevo a calificar como faltos de ingenio, sin intención de ofenderles) no eran capaces de deducirla. No obstante, sólo los parientes más cercanos estaban al tanto de la inclinación natural de la muchacha hacia lo que se conoce como “El Día de los Muertos”.
Al contrario que muchos amantes de Halloween, ella no era una de esas adolescentes que se van de fiesta vestidas de bruja y se emborrachan al son de la música de una discoteca decorada para hacer temblar al mismísimo fantasma Bloody Mary.
No, ella no era así.
Cualquiera la hubiera tomado por loca si se hubiese detenido a explicarles cómo, tras la muerte de su hermana mayor, cada anochecer se sentaba sobre la cama a esperarla, ilusionada de que regresara a besar su frente y desearle buenas noches. Y es que una noche de Halloween, ya bien acurrucada entre las sábanas, le pareció oír cómo se abría la puerta de su cuarto y unos labios cálidos se apoyaban delicadamente sobre su cabeza.
Comprendió que era cierta aquella popular historia: los muertos tienen permiso para bajar al mundo de los vivos una sola vez al año.
Desde entonces, el 31 de octubre se iba a dormir más temprano para que su hermana pudiera acercarse al cabezal de su cama, darle un beso y regresar al cielo, en donde, probablemente, vivía.


Isabel Maraver Galán 3B


sábado, 31 de octubre de 2015

HALLOWEEN II

Nuevos relatos.  Cada uno tiene un detalle, una razón, un final,...pero todos tienen algo de su autor. 

RELATO Nº 1




INMACULADA MERINO FERNÁNDEZ (3º ESO A)

RELATO Nº 2
LA SOMBRA
-¡Baja ahora mismo!- gritó mi madre desde la cocina. Parecía enfadada, así que no quise hacerla esperar, dejé mi libro de matemáticas encima del escritorio y bajé las escaleras más rápido de lo normal, tanto que casi llegando al último escalón tuve que agarrarme a la barandilla porque casi me caigo.
-¿Qué significa esto?- dijo mientras señalaba un tarro de lasaña ya vacío encima del fregadero-¡estoy muy cansada de que lo dejes todo siempre tirado por ahí!
-Lo siento mamá, tenía muchas cosas en la cabeza y no me acordé de tirarlo -ella no parecía conforme con la respuesta, pero aun así puso cara de resignación y me dio la espalda.
Volví a subir las escaleras, esta vez tranquila, pues no tenía ganas de llegar al dormitorio, aún mis cosas estaban en cajas. Nos habíamos mudado hacía tres días, veníamos de Madrid, y ahora nos tocaba estar en un pueblo pequeño de Andalucía, en una casa vieja. Solo porque mamá estaba muy estresada allá en la ciudad y pidió el traslado. Yo sabía que aquello no era cierto, todo había ayudado que papá y ella se divorciaran, pero no podía culparla.
Aquella casa era tan vieja que sonaba toda la estructura por las noches, yo dormía con mamá desde que papá se fue, y la verdad, lo agradecía. Porque yo sola en aquella habitación tan grande, tan oscura, tan vieja, tan helada, se me ponían los pelos de punta solo de pensarlo.
 Yo siempre había imaginado el sur en manga corta, con el sol siempre brillando, y, sin embargo, parecía que no, que en la sierra, en pleno octubre, por las mañanas hacía frio, y por las noches era mejor dormir con edredón.
Era 31 de octubre cuando todo empezó. Mamá y yo decidimos ver el típico especial de Halloween que ponen en las emisoras de pago, películas muy antiguas y malísimas que al menos te hacen la noche más entretenida.
De repente, se fue la luz, y solo quedó la iluminación que daban las velas que habíamos encendido en la cocina para que se fuera el olor a quemado de la cena.
Sin más una sombra apareció al otro lado de la entrada. No parecía tener rostro, pero estaba demasiado lejos como para que la figura pudiera ser simplemente humana, parecía deforme a esa distancia. Mamá dio un grito cuando la silueta comenzó a acercarse a nosotras a través del pasillo. Sin lugar a dudas era la sombra de un hombre, era grande, alto, y llevaba capucha.
Tenía la sangre helada, estaba petrificada, muerta de miedo. Mamá se levantó, se fue a la cocina y me agarro del brazo para llevarme con ella, sólo en ese momento reaccioné para levantarme del sofá y correr. Ella cogió un cuchillo del primer cajón.
-Estoy armada, váyase y no lamentaremos daños- gritó desesperada desde la cocina. Pero desde allí ya no podíamos ver nada.

Teníamos que salir.
Mamá estaba delante de mí, pero allí ya parecía no haber nada. La luz volvió, y el estruendo de la tele nos hizo gritar a ambas. Salimos de la casa y llamamos a la policía, dio un repaso a toda la casa y allí no encontró nada. Así que volvimos a entrar, cogimos una manta y dormimos en la cama con la puerta atrancada y muertas de miedo.
Pero aquello solo fue el principio.

Lucía Naranjo Garrido 3º ESO - A


RELATO Nº 3


NURIA BECERRIL MORALES (3º ESO B)

RELATO Nº 4
Bienvenidos al Hotel Larence
-         ¡Jesús! ¿Estás listo?
-          Sí
-         Vale
Después de que Jesús bajara las escaleras Claudia y él se dirigen hacia el coche, cerrando la puerta,  se marchan a un hotel para pasar el puente de halloween.
-         El hotel dicen que es precioso y tiene piscina climatizada.
-         Vale, pero ¿Par dónde giro?
-         Gira a la izquierda.
Al llegar bajaron del coche y soltaron las maletas, se dirigieron a recepción.
-         Hola, buenos días
-         Buenos días. Bienvenidos al Hotel Larence. Tenemos a su disposición una piscina climatizada, bar restaurante y cafetería y una sala de juegos. Su habitación es la 305.
-         Vale, muchas gracias.
-         El empleado les acompañara.
Subieron las escaleras y llegaron a la habitación.
-         Bueno pues aquí tienen les ha tocado las 305, uff.
-         ¿Por qué suspira?
-         Bueno pues hace años paso aquí una historia que todavía o tiene un por que ni un por quien. Los empleados del hotel ni la directora no quisimos decir nada para no perder a los clientes. Hace poco vinieron unos expertos y dijeron que aquí no había nada entonces decidimos reabrir la habitación.
Una pareja  como vosotros vinieron para pasar un puente, y les tocó esta misma habitación. La primera noche la pasaron normal, pero cuando bajaron a desayunar, tenía cara de preocupados. Les pregunté que les pasaba  y estos dijeron  que habían escuchado un ruido muy extraño, no era un ruido conocido. A la siguiente noche, la pasaron bien pero al despertarse la chica, su marido no estaba. Bajó a desayuna creyendo que estaba allí pero no, pasó unas horas y no volvía así que asustada bajó a recepción y preguntó por él pero le contestaron que no lo habían visto, ella dijo que no  lo vio ir al servicio y se quedó dormida, ya no lo vio más. Pasada unas horas, pasó las veinte y cuatro horas y denunciaron su desaparición. La chica se fue adormir para estar descansada por la mañana, pero cuando reciben una llamada de su habitación  para pedir el desayuno, suben y se escucha un grito, el empleado asustado corriendo abre la puerta y no hay rastro de la chica solo un charco desangre, a partir de ahí no supieron  más de ella.
-         ¡¡¡¡Ufffff!!!! ¡¡¡¡qué tarde se me ha hecho!!! me tengo que ir, que pasen buena noche.


María García Sánchez  (3º ESO B)

RELATO Nº 5
LA ANTIGUA CASA
En una antigua casa a las afueras de un pueblo, vivía una familia compuesta por un padre una madre y un chico llamado Alan. 
En la casa antes había vivido una familia a la cual nadie quería en el pueblo por ser de una clase social distinta y por vivir alejada por un pueblo. 
Un día frío de invierno la gente decidieron matar a la familia, y a Alan lo enterraron al lado de la casa junto a un árbol. 
La familia que vivía actualmente allí, estaban muy cómodas la primeras semanas incluso decidieron comprar muebles y restaurar un poco la casa para quedarse definitivamente allí. Pero conforme que iba pasando el tiempo iban pasando cosas que no eran normales como muebles que se movían solos, cosas que cambiaban de sitio...
Un día Alan escuchó unos pasos en el sótano de la casa. Él estaba demasiado asustado ya que se encontraba solo en casa. Decidió bajar y de momento vio a un chico vestido de blanco y con la cara pálida que decía: “AYÚDAME”. 
Alan salió corriendo y llamo a la policía y a sus padres. La policía investigó pero no encontró nada. Sus padres y la policía no le creyeron y decía que estaba loco. 
Al día siguiente a Alan le ocurrió lo mismo. Al espíritu le daba coraje que a Alan le quisiera el pueblo y tuviera una buena familia y dinero. 
Entonces decidió  matar a la familia. 
El padre estaba muerto en la  cocina con un cuchillo en el cuello. La madre tuvo un accidente. Y finalmente Alan murió ahorcado en el mismo árbol donde fue enterrado aquel chico.
 Cristian Morales 3º ESO A