viernes, 4 de diciembre de 2015

CUENTOS DE NAVIDAD II (2015)

Volvemos con más cuentos de temática navideña. 
Nos gusta decirles a todos que A PESAR DE TODO LA GENTE ES BUENA.

El mejor premio es compartirlo
Solía pasar mis Navidades en familia. Me encantaba. Era como aquellas veces en las que esperas algo impacientemente y hasta puedes llegar a obsesionarte por su llegada. Siempre quería ayudar a prepararlo todo para cuando llegaran. Era una sensación de amor de familia que cada año repetíamos con gusto.
Tenía un hermano mayor, mis padres y mi abuelo, y, aunque fuera una familia pequeña me bastaba y me sobraba con ellos, era demasiado feliz,  me hacían sentirme así.  También me emocionaba la llegada de mis regalos, mi abuelo siempre me decía que el mejor premio es compartirlo, no lo entendía, si es mi regalo tendría que ser para mí, ¿no?
A medida que fue pasando el tiempo, todo iba cambiando…, como si cada año fuese una nueva vida o algo así. Mi tristeza se iba agotando, mi infancia había pasado ligera y sin darme cuenta maduré. Es malo madurar y más si sabes lo feliz que puedes ser siendo un niño, ojala pudiera retroceder el tiempo y cambiarlo todo. Era una niña muy exigente conmigo misma hablando de estudios, y siempre quise llegar a ser algo en la vida… todo marchaba bien en mi vida, dentro de lo que cabe en la vida de un adolescente, hasta que todo dio un giro y nada volvió a ser lo mismo, nadie podía cambiar nada, porque son cosas que ocurren así sin más. Siempre he creído que mis padres nunca han apreciado mis esfuerzos y dedicaciones a un libro, que me comparaban demasiado con mi hermano reprochándome que él era mejor hijo porque sabía serlo, porque siempre había sido bueno y porque nunca le había hecho daño a mis padres. ¿Acaso yo se los hice alguna vez? Sería el paso del tiempo también lo que debió hacerlos cambiar conmigo, nunca me habían tratado así, nunca sentí más el cariño de mis padres ni mucho menos respeto. Me faltaba el calor de mi familia, esa con la que me encantaba unirme en momentos especiales. No me entendían, ni nunca supieron entender que llevaba demasiadas cosas por delante, que me ahogaba en ocasiones por momentos de presión y que más me hundía no tener unos padres, porque sinceramente ya no me acuerdo de la sensación que se tiene al recibir un abrazo de una madre.
Ya no quería pasar las Navidades junto a ellos, solo quería encerrarme en mi habitación y relajar mi mente. Sin embargo, las pasé, por mi abuelo, porque era mayor y porque quería que él si sintiese el calor de una familia. Solo él me sacaba una sonrisa, con esos besos que te da cuando llega o cuando se va, con sus historias, esas historias en la que te la imaginas como si la estuvieses viviendo en ese momento porque supone una magnífica conexión entre un abuelo y un nieto, esas sonrisas que recibía de su parte con tan solo verme feliz a mí. Tan solo me hacía feliz mirarlo, como con sus manitas temblorosas partía un trozo de pan, como nos miraba con su carita de alegría al compartir una cena con nosotros, esas cosas que solo las disfrutas en una parte de la vida y que ya nunca más las vuelves a disfrutar. 
La Navidad de 2011- 2012, seguía igual con mis padres no les quería mirar a la cara, pero quise ocultarlo para cuando llegará mi padre con mi abuelo al que esperaba impacientemente con su regalito de Reyes que se lo daba la noche de Navidad porque no podía ir a verle en Reyes, estaba segura que le encantaría y que se pondría muy contento otro año más. Sonó el motor del coche, y al reconocerlo salí a la calle corriendo para darle un gran beso a mi abuelo con su respectivo regalo escondido detrás de mí. Miré desde mi patio, antes de abrir la cancela solo ví a mi padre, de pronto algo muy fuerte sentí en mí, se me saltaron las lágrimas. 
Mi padre entra y me mira, no me dice nada solo pasa de mí y entra en la casa. Caí de rodillas en el suelo, sentí como todo caía sobre mí, el mundo se había parado y no pensaba ni quería pensar en nada. Me quedé como media hora en la calle, sentada en el bordillo con muchísimo frío y con una sensación de mal estar, parecía estar enferma pero no me importaba solo quería que todo volviera a mi infancia, esa que tanto extraño… Mi hermano con sus ojos empañados y su rostro apagado vino a por mí, todos los adornos estaban apagados, ya la comida no estaba en la mesa como la preparé, mis padres estaban a punto de salir.  
No quise preguntar lo que pasaba, ya lo sabía, tal vez si no hubiera madurado no lo hubiese entendido. Ya todo se había acabado para mí, ya no tenía familia. Dejé mis estudios, y me fui de mi casa, nunca volvería ni nunca lo hice. Me busqué la vida en la calle, donde a mis padres no le importaba que estuviera, sobreviví y conseguí llegar a ser algo en la vida, ahora ayudo a los niños huerfanitos, les doy todos mis juguetes en honor a mi abuelo que tanto me aconsejaba que lo compartiera y pertenezco a una organización creada por mí con el nombre “El mejor premio es compartirlo”.
Inmaculada Merino Fernández 3º ESO – A.

Un amigo por Navidad

Hoy era lunes, pero no un lunes corriente, era el lunes de Nochebuena. 
Claudia y su familia se han mudado a un pueblo pequeño, pero muy encantador, porque su padre había conseguido un trabajo nuevo. Cuando llegaron a la casa, no es que fuera muy bonita pero era acogedora.  Claudia subió a soltar las cajas a su habitación y salió a dar una vuelta para ver si podía hacer amigos. Vio a varios chicos y chicas pero todos eran muy desagradables con ella. En su anterior pueblo donde vivía tampoco tenía muchos amigos así que tenía la esperanza de tener alguno en este pueblo. Cuando se hizo de noche volvió a su a su y se puso a cenar, después cantó algunas canciones con sus padres para  hacer un poco más bonita, un poco mejor la cena de Nochebuena. Al cabo de una hora subió a su habitación y se durmió, soñando en que mañana sería un día mejor. Pasaron los días y Claudia seguía triste, sus padres se dieron cuenta de lo que le pasaba y aunque no tenían mucho dinero pensaron en comprar un animal que estuviera con ella y fuera su amigo. El día antes de reyes Claudia salió a la calle, y allí conoció a una chica llamada Lucía, esta tenía la misma edad que ella y l cabo de unas horas se hicieron buenas amigas,  las chicas fueron a dar un vuelta, en un camino cerca de donde se conocieron y Lucía le presentó a varios amigos y Claudia contenta se fue a su casa. Cenó, vio un poco la televisión y se fue a dormir.


Por fin  era el lunes de reyes y los padres de Claudia fueron a comprar un erro para Claudia, fueron a la perrera y vieron un cachorro muy bonito y de color blanco. Claudia salió con sus padres y vieron las carrozas, después de esto se fueron a su casa y se pusieron a cantar y bailar junto al árbol de navidad, luego se fueron a dormir.  La mañana siguiente Claudia bajó corriendo las escaleras  ilusionada, pero no había nada en el árbol, ella comprendió que era porque sus padres no tenía mucho dinero y se fue a preparar el desayuno, de repente los adres de Claudia aparecen por detrás con un perrito blanco precioso, esta se puso a llorar, después cogió al perrito en brazos y le dio un abrazo a sus padres. Ese fue el día más feliz de Claudia, donde conoció a su mejor amigo, Snow




María García Sánchez.      3 ESO B.

La Navidad de Alín
        Alín era un niño de Rumanía, que vivía en España. Él había inmigrado a España porque en su país había mucha pobreza y su familia no tenía dinero  para alimentarse y vivir bien.
        Eran tres hermanos, Alín había venido con su padre y su madre, sus hermanos se quedaron en Rumanía con los abuelos. Alín y sus padres tenían muchas ganas de volver a su país para ver a su familia, estaban trabajando mucho para conseguir el dinero y poder viajar allí y para reunirse con la familia. Alín faltaba mucho a clase, nunca decía por qué, pero sus compañeros averiguaron que ayudaba a sus padres trabajando para poder viajar a su país.
        Los compañeros oyeron que llegaba un concurso del ayuntamiento sobre historias de Navidad, el premio era una importante cantidad de dinero, y  pensaron que este sería un buen modo para pagar la excursión que tenían de fin de curso.
        Presentaron su historia, y por fin llegó el día en que dirían los ganadores del concurso. Todos estaban impacientes porque dijeran los ganadores, había tres premios, dieron el tercero y el segundo  pero no lo ganaron, así que se desanimaron, pero cuando pensaban que ya no tendrían posibilidades, alguien dijo sus nombres, habían ganado el primer premio y subieron al escenario a recogerlo.
        Al día siguiente todos estaban muy contentos y en clase un amigo de Alín, Luís, como estaba cerca la Navidad, dijo que se le había ocurrido darle el dinero a Alín para ayudarle y no tener que faltar más a clase. Los compañeros al saber qué le pasaba a Alín le dijeron que sí, iba a ser un regalo sorpresa.
        El día que dieron las vacaciones de Navidad se lo dieron. Alín llegó a su casa y se lo dijo a sus padres, todos se pusieron muy contentos.
Por fin iban a poder ir a Rumanía para ver a su familia y pasar unos días con ellos, y Alín no tuvo que faltar a clase nunca más para ir a trabajar.
        Pasaron las Navidades muy felices y contentos en familia, fueron las mejores Navidades de Alín y nunca olvidaría lo que sus compañeros hicieron por él.

                                     ANTONIO ESCAÑO (3º ESO A)



LA ESPERANZA DE LA NAVIDAD
Cuando llega la navidad miles de familias se reúnen para comer, estar juntos y pasarlo bien. Las calles y casas quedan adornadas muy bonitas. En fin, solo se oye de hablar de navidad pero no pensamos en las miles de familias que no pueden estar reunidas por problemas económicos, problemas familiares...
En un pequeño pueblo había un chico que soñaba con ser jugador profesional de fútbol. Todos los días iba a jugar con sus amigos a la calle. Todos ellos menos él jugaban en el equipo profesional del pueblo pero él a pesar de lo bueno que era no podía jugar en el equipo por escasez de dinero. 
El entrenador del equipo vio aquel chico jugar en la calle y le preguntó que por qué no estaba apuntado en el equipo, ya que estaba interesado por él. El chico le contestó que le gustaba mucho pero que no tenía dinero. El entrenador fue a hablar con la familia y esta negó dejar ir al chico a jugar al fútbol ya que no se podía consentir pagar el fútbol ya que debía mantener a la familia. 
Este lo comprendió y lo intentó ayudar. 
Ya llegando la navidad la familia del chico decidió comprar algo bueno para comer ya que era la cena de Nochevieja. En esa cena la madre se refirió al chico “lo siento pero creo que es imposible que vayas a poder jugar al fútbol. El chico contestó educadamente y se fue a la habitación llorando. 
Él pidió, pidió y pidió que su sueño se hiciera realidad pero no se cumplió. Llegando el día de Reyes al chico todavía no se había cumplido su sueño. Cuando vio a todos sus familiares con los regalos, se fue y empezó a llorar en un rincón. Pero cuando su esperanza estaba perdida, el chico pidió con todas sus fuerzas y de momento el entrenador se presentó en su casa dando permiso para poder jugar en el equipo oficial. La Magia de la Navidad hizo que un niño pobre y triste se convirtiera en un chico feliz con su sueño de ser futbolista cumplido.
Cristian Morales (3º ESO A) 

CUENTOS DE NAVIDAD I (2015)

De nuevo llegan fechas importantes.
Y otra vez bonitas y entrañables historias salen de nuestros niñ@s.
LOS QUERUBINES DE UN POBRE
Llegaba la navidad en París, Francia. Se adornan tiendas, casa, todo se engalana para vivir la fiesta que une a las familias alrededor de la mesa ese esperado día 25 de diciembre. El ambiente por las noches es fantásticos con los alumbrados, la emblemática torre Eiffel y cayendo los primeros copos de nieve. En fin, parece que esta fiesta solo tiene una cara buena, pero ¿Por qué todo el mundo cree eso? Pues porque nadie se acuerda de los más necesitados, aquellos que tú vas viendo escaparates con iPhone, abrigos de pieles y los pasas desapercibidos. Bueno, pues os voy a contar una historia de una de las personas de este gremio en particular.
Cristian, se llamaba el amigo de esta bonita pero un poco dramática historia, él era huérfano y vivió con muchas familias de acogidas de padres como cencerros para que nos entendamos, y cumplió la mayoría de edad y se fugó de la casa de dos ancianos ya de 65 años a los que se dedicaba a cambiarle pañales, intentó buscar trabajo, la educación que el tubo no fue excelente que digamos aunque pienso que si hubiera tenido las oportunidades, habría sido un excelente científico, matemático, o quien sabe… pues fue muy desgraciado en su vida y acabo pobre como las ratas y en la calle, solo le quedaba la esperanza de que fuera a ocurrir un milagro, una familia con la que se llevó años lo educo s en la fe cristiana y desde que vivía en la calle dormía en un parque colindante a la iglesia de Saint-Sulpice y solía entrar a rezar o se quedaba en la puerta oyendo a misa. Pues mientras tanto en el cielo dos pequeños querubines eran me parece a mí ya de las pocas ‘personas’ si así se le pueden llamar que se preocuparon por él. Los dos querubines vista la situación de Cristian decidieron decirle a Dios que si podían ayudar a aquel desgraciado hombre, y Dios accedió a que lo ayudaran y por fin tuviera una prospera vida. Al portón de cielo llamaron y allí les esperaba san pedro,
-¿Qué se os ha perdido por aquí a vosotros pequeños querubines?
-la grata vida de un buen hombre es lo que se nos ha perdido san pedro, a sique Dios nos ha mandado a la tierra para que se la encontremos.
-bueno pues si es de parte del, tomad las llaves de cielo que yo aquí estaré guardando el portón.
Los dos pequeños querubines hasta la torre Eiffel bajaron y por Notre Dame pasaron hasta llegar a aquella humilde iglesia en la que él se encontraba.
-bueno ya sé que hay que darle a este desgraciado hombre, se le da muy bien el dibujo, por lo que veo en estos papeles que acaba de tirar a la basura, pues tengo una idea vamos a hacer que multitud de gente vea sus modestos dibujos.
Pintando el parque teñido de blanco se encontraba Cristian, una y otra vez pinto, pues esos dos angelitos el viento hicieron nacer y los papeles salieron volando y todas las personas que salían de la iglesia admiraron sus dibujos, le echaban tal cantidad de limosnas que se compró todos los utensilios necesarios para llevar a cabo las obras maestras que eran sus dibujos, la gente le llegaba a encargar dibujos y fueron cada vez más famosos en todo parís, ahorro y ahorro y fue comprándose ropa y cumplió su sueño por fin se compró una sencilla casa en la que tenía su taller y la gente le compraba cuadros y al final consiguió encontrar su amor gracias aquellos ángeles y formo una familia y ya no pasó ninguna navidad más en la fría calle, pero nunca dejó de ir a la iglesia.     
FIN
 Antonio Ignacio Cruz Colchero. 3 ESO A


·  Una historia de Navidad  ·

Esta es la historia de Don Alberto, un anciano que residía en un asilo de lujo. Fue un abogado de prestigio, vivía en un estatus alto, con buenos contactos, amistades de buen nivel y económicamente bien situado.
Pero las circunstancias hicieron que su vida se le truncara. A la vez que pasaban los años, perdió a un hijo en un accidente de tráfico y su mujer murió de una gran enfermedad. A raíz de estos sucesos, le sucedió una enorme depresión y, solo y viejo, tan solo pensaba en la muerte.
Al llegar la navidad se dio cuenta de que hay cosas que se pueden hacer en la vida por los demás que también te pueden te pueden alegrar a ti mismo, cómo ayudar a los desvalidos, apoyar a los demás o cosas tan simples como regalar una sonrisa, cosas que no valen apenas nada pero que son de gran valor para el que lo recibe.
La Navidad es una fecha muy importante para darse cuenta de que aunque creas que el mundo se te viene encima, hay gente que realmente están mucho peor que tú, a las que debemos ayudar. Hay un dicho que dice es más feliz el que da, que le que recibe.
Y a partir de aquella Navidad dedicó sus últimos años a los demás y olvidó sus problemas y sus penas, porque pensándolo bien no adelantamos nada lamentándonos. 
Lucía Naranjo (3º ESO A)

LA NAVIDAD
Érase una vez un pueblecito muy lejano, en el que había una familia muy pobre que se dio cuenta de que llegaban las navidades y apenas tenían dinero para decorar su casa. Los niños estaban preocupados porque pensaban que si su casa no estaba decorada, ni Papá Noel, ni los Reyes Magos, se darían cuenta de ellos y no traerían ni regalos ni paz a su hogar. Tan sólo tenían un árbol sin adornos.
Un domingo por la tarde los dos hermanos, Pablo y Lucía, decidieron revisar el sótano para ver si encontraban adornos para poner a su árbol. Sacaron un montón de cajas y solo encontraron un álbum con fotos de la familia y cosas viejas de los abuelos que ya no se usaban. Intentando colocar todo de nuevo Lucía encontró una bolsa amarilla que no habían revisado y su sorpresa fue que cuando vieron doce bolas rojas de navidad. 

Estaban superansiosos por colocarlas en el árbol. Los dos niños se pusieron muy contentos y subieron las escaleras de la casa corriendo para enseñárselas a sus padres.    

Ellos sonrientes, les dieron permiso para decorar el árbol, mientras su madre decidió hacer un bizcocho de chocolate para merendar.
Los niños lavaron las brillantes bolas y las frotaron para quitar el polvo. Después se quedaron mirando al árbol para encontrar las mejores posiciones para cada una de ellas. Sin embargo, cuando las colocaron, su ilusión se vino abajo. Cuando llegaron sus padres les preguntaron extrañados:
- Niños, estáis serios ¿Qué ha pasado? – Preguntó el padre-.
- Nada papá, es que aunque las bolas estén colocadas, el árbol es muy grande y solo así queda feo.

 Le respondió Pablo-.

- ¿Sabéis qué podemos hacer? – dijo sonriente el padre-. Pintar postales de colores y colgarlas en el árbol.
- ¡Qué buena idea papá! – Respondió Lucía entusiasmada-.
La familia merendó tranquilamente y después se pusieron a pintar postales que les quedaron muy bonitas. Las colgaron juntos y sonrieron al ver el árbol porque ya no se veía tan feo.
El día de Navidad los niños se levantaron corriendo de la cama y gritaron cuando vieron que su árbol estaba lleno de regalos.
- ¡Mamá, Papá, mirad cuantos regalos, y hay una carta encima de uno de ellos! – gritó Pablo.
- Cógela hijo y léenos qué pone – dijo su madre que bajaba por las escaleras a toda prisa-.
Cuando Lucía y Pablo abrieron el sobre se encontraron con esta nota y se sintieron muy felices: “la familia es el mejor regalo que uno puede tener, disfrutadla. Feliz Navidad, Papa Noel.”

 Adrián Rodríguez Monsalves (3º ESO A)

Los sueños siempre se hacen realidad
Una vez en un cortijo muy lejano, vivía una familia muy pobre. La niña se llamaba Ana y el niño se llamaba Luis. Ellos como vivían a las afueras del pueblo no tenían muchos amigos. Los dos hermanos se pasaban el día y la noche juntos porque sus padres así se lo habían enseñado. En el colegio sus compañeros de clase se reían de ellos e incluso los ridiculizaban porque lo veían mal vestidos.
Cómo se acercaba la navidad la maestra propuso a sus alumnos hacer una pequeña fiesta para recibir a los reyes magos. Cada uno tenía que llevar algo para celebrar esta fiesta, pero ellos se pusieron muy tristes ya que para ellos era imposible pues sus padres no podían comprarle nada, así que decidieron no asistir al colegio ese día. Sus compañeros empezaron, a burlarse de ellos y les decían:
¡sois pobres, sois pobres, así que no vendréis a nuestra fiesta! Cuando regresaron al cortijo ellos se lo contaron a sus padres, entonces su madre les contó un cuento sobre la magia de la navidad.
Aquella noche Luis y Ana se durmieron pensando en que aquel cuento que su madre le había contado se haría realidad.
Cuando por la mañana se levantaron, desayunaron y se fueron para el colegio, ¡era el día de la fiesta!, la fiesta de la navidad, donde según el cuento de su mamá donde todos los sueños de los niños se hacen realidad, donde nada es imposible, donde todo está lleno de bondad, unidad, felicidad e igualdad.
Y así fue, Ana y Luis pudieron disfrutar de la fiesta como el resto de sus compañeros, pudieron lucir sus disfraces, comer de todo lo que había e incluso sus mismos compañeros le pidieron perdón por todo el daño que le había estado causando al burlarse y alejarse de ellos. La profesora felicitó a sus alumnos por sus comportamientos y a partir de ese día, Luis y Ana, fueron felices porque gracias a todo lo que la señorita había hablado con sus compañeros les habían servido para reconocer el verdadero significado de la Navidad.
Ana y Luis este año en su carta a los reyes magos, solo le daba las gracias porque sus compañeros les quería y reconocieron sus malos comportamientos.

Juan Aranda (3º ESO)


Rebeldes

Hemos acabado la lectura de Rebeldes de Susan E. Hinton. Algunos han opinado a propósito de algún personaje.

  • En este caso las palabras de Sonia Flores (3º ESO B) van dirigidas a uno de los personajes, Dallas:
"Joven duro, pero con buen corazón, ayudó a sus amigos, salvó vidas, etc … pero finalmente, tras un incendio, su amigo Johnny murió en el hospital. Él lo intentó salvar y acabaron los dos malheridos, este tras ver morir a su mejor amigo se mató".
 
 
  • Ahora es Sebastián Lago (3º ESO C) el que nos dice a propósito del protagonista:
"Ponyboy es un chico de un barrio marginal, que ha vivido muchas experiencias malas en su vida, pero ha sido lo suficientemente inteligente como para aprender de cada cosa le ha ocurrido. 
En esta historia, Ponyboy te hace ver la vida desde otro punto de vista, una vida muy dura. Te hace reflexionar sobre la suerte que tenemos por tener cosas que nosotros no valoramos, pero que para ellos es algo increíble. Además, te enseña que pase lo que pase en la vida, tienes que seguir adelante como puedas, luchando por conseguir tus sueños y ayudando a que el resto lo consigan, dando siempre el máximo rendimiento posible y defendiendo siempre a tus amigos y a tu familia. Esto es lo único que necesitas para ser feliz en esta vida y que siempre están ahí ayudándote y apoyándote, tomes la decisión que tomes, aunque no sea la más correcta. 
Así que esto se puede resumir diciéndote, que este libro te cambia la forma de ver las cosas y te muestra que es lo único necesario para conseguir nuestros objetivos en la vida, estos objetivos se pueden simplificar en cumplir tus sueños y ser feliz, ya que es lo único que una persona necesita para ser feliz en la vida."
 
  • Sebastián sigue diciéndonos sobre Dallas:
                              EL SALVADOR SILENCIADO
"Se ha hablado mucho de dos chicos que salvaron a unos niños de la iglesia abandonada, pero poco de uno de los salvadores de estos chavales, ya que esta increíble persona, con una lista de antecedentes enorme, fue capaz de salvar a uno de los jóvenes y por ello tuvo graves quemaduras. Se ha conseguido recuperar rápidamente, pero sorprende que una persona con tantos antecedentes sea capaz de salvar de la muerte milagrosamente a este muchacho. A lo mejor es el principio de un cambio y ahora empezará a hacer el bien para ayudar a más jóvenes".