miércoles, 24 de diciembre de 2014

NUEVOS CUENTOS DE NAVIDAD

Son todos de mis niñ@s de 2º ESO. Espero, además, que algún día escriban otr@s.
Quiero rogarles una cosita: no juzguen, sólo compartan la ilusión que ponen en hacer sus pequeños relatos. Tal vez un día, más o menos cercano, nos regalen historias geniales. Hoy, únicamente deseo que disfruten con ellos. 
UNA NAVIDAD INOLVIDABLE
Vintage Christmas reindeer jumping
Hay gente que cree que los Reyes Magos no existen o que Papá Noel es un personaje ficticio. Por ello, mucha gente pierde el espíritu de la navidad con el que nacen.
 Había una vez, una niña llamada Nieves. Le pusieron su nombre por nacer durante una gran nevada. Ella era una niña que esperaba a que llegara la navidad, ya que ella, al igual que el resto de los niños en ese momento creían en los reyes y en Papá Noél. Pero un día antes de navidad pasó algo muy extraño. 
La maldad se apoderaba de cada diminuto cuerpo de los niños de todas partes del mundo, haciéndoles ponerse en contra de la existencia de los reyes magos, puesto que estos, al ser malos, no traían regalos. Pasaron los años y cada vez eran más los que no creían en ellos. Un día el mal ganó y todos los niños y niñas cayeron en sus garras, salvo una niña, Nieves. Al ser la única a la que el mal no habia convencido y faltando 2 días para la siguiente Navidad, los Reyes y Papá Noél decidieron ir a verla y a comentarle que si alguien podía detener al culpable de todo esto era ella. Las primeras palabras de Nieves fueron: ¡Sabía que existíais! Ellos sonrieron entusiasmados  y comenzaron a hablar con ella contándole todo lo ocurrido.
Al comenzar a hablar a Papá Noel le vino un recuerdo y supo quién fue entonces y empezó la historia así: 
Hace un par de semanas, alguien muy extraño, con la cara tapada, preguntó por mí. Yo lo invité a entrar en mi despacho y se negó. Solo quería decirme que él nunca perdía y que el mal no se acababa hasta que él muriese. Yo, pensando que estaba loco, lo eché y le negué lo dicho, y ese me contestó un "ya verás ". Más tarde comenzó esto y estuve toda la semana pensando que era él el culpable, pero no fue él ,y pues  lo que se metía en los niños era pequeño y él era ..., pues lo normal... grande. 
El lunes pasado, por fin, encontré la solución a mis preguntas: era su hijo. Y  también descubrí porqué empezaron con esto. Fue porque a su mujer la atropelló un trineo volador muy parecido al mío, y ellos creyeron que era el mío.

MACARENA CUESTA VELA (2º ESO A)


QUERIDOS REYES MAGOS


Un llanto oí a los pocos años de entrar al orfanato.
Desgraciadamente mi buena madre al dar a luz donó su corazón para mi, pues el mío no funcionaba correctamente. Fue muy duro para mí esa etapa de mi vida: no entendía el porqué no tenía madre, pues yo era pequeñito. Pero ahora me he dado cuenta lo fuerte que fue mi madre y aunque sé que la tengo muy lejos , también sé que tengo un pedacito de ella. 
Mi padre, al que también extraño mucho aunque no llegué a conocerle, murió antes de que yo naciera en un accidente de coche. Al parecer se desvió de la carretera y el coche cayó. De él solo tengo un colgante que me dio mi abuelo y que lo guardo con mucho cariño.

Casi lo mismo le pasó a aquel niño pequeño que lloraba y lloraba , me acerqué a él con intención de ayudarle. ¿Qué te pasa? le dije. Él no respondía, sólo lloraba y repetía "no quiero estar aquí". 
¿Cómo te llamas? Le volví a preguntar, él me respondió, me llamo Jesús. Día tras día me fui haciendo amigo de él , hasta que llegó un momento en el que nos queríamos como hermanos y siempre jugábamos juntos y nos ayudábamos uno al otro. 

El día de Reyes, cinco de enero, estábamos todos muy ilusionados escribiendo la carta a los Reyes, menos él , parecía mas triste que nunca y no quiso escribir la carta. Yo no entendía su tristeza ese día, ya que para mí era un día lleno de ilusión. Por la noche llegaron los Reyes cargados de juguetes, me regalaron el cochecito que Jesús y yo queríamos desde hace tiempo y a Jesús le quisieron regalar otro igual ya que no escribió la carta,  pero él lo rechazó con lágrimas en los ojos. ¿Qué te pasa?, preguntó uno de los Reyes. Él con mucho esfuerzo intentó hablar a pesar de que con el llanto no se le entendía , queridos Reyes Magos, yo no quiero ni el cochecito ni ningún tipo de juguetes, sólo quiero que me traigáis a mi madre que la extraño con toda mi alma y es la única que puede darme felicidad estas navidades con un gran beso. Él siguió diciendo , sé que no podéis traérmela este año porque el cielo está muy lejos  y podríais tardar meses , pero por favor si hasta el año que viene la veis por allí , díganle que no la olvido, y que daría todos mis juguetes por un beso suyo. 
Los Reyes y yo nos quedamos conmovidos por las palabras de Jesús y sin decir nada , Jesús les dio un fuerte abrazo a los tres Reyes Magos que casi llorando le decían , no te preocupes pequeño el año que viene tendrás aquí a tu madre y podrás besarla todas las veces que quieras. De pronto mi querido amigo sacó una sonrisa acompañada de lágrimas y dijo gracias. 

Los Reyes se marcharon y a mí también me dió un gran abrazo que casi me lastima. Soltó una gran sonrisa que me hizo sonreír a mi también, y dijo; querido hermano por fin cumpliré mi sueño, por fin voy a conocer a mi madre. Y así fue que cuando conoció a su madre estuvo feliz por el resto de su vida. Ahora vivimos los dos con la misma familia , él sigue feliz con el recuerdo de su madre, y yo aunque no llegué a conocerla sigo guardando su corazón y también guardo el colgante de mi padre junto con mi juguete del coche.

事故

INMACULADA MERINO FERNÁNDEZ 2 ESO A

lunes, 22 de diciembre de 2014

EL ÁRBOL DE NAVIDAD

                

Una caricatura vector árbol de Navidad con adornos, luces y regalos del árbol, adornos, luces y cada individuo presente están todos en capas separadas por dos capas de luces, encendido o apagado Movimiento presenta alrededor y decorar el árbol Foto de archivo - 16482314
Esta historia ocurre en un pueblecito cualquiera. Allí vivía Andrés, un niño muy pobre pero bueno y noble.

Un día el alcalde del pequeño pueblo, que también era un hombre muy bondadoso, decidió poner un gran árbol de navidad en la plaza, pero cada vecino tenía que aportar algo para poder adornarlo.
Todo el pueblo se volcó pero Andrés no podía llevar nada. Sin embargo, se acercaba todos los días para ver los preparativos. Cuando se encontraba junto al árbol, acercaba la mano e imaginaba que ponía una bola y se iba con una gran sonrisa.
Llegó el día de encender las luces del árbol. Todos estaban alrededor de él, y el alcalde preguntó qué era lo que había traído. Todos iban contestando, solo Andrés no contestó.
El alcalde le preguntó:
      ¿ Y tú, Andrés, qué has traído?
Todo el mundo comenzó a gritar, le decían que él no había puesto nada y que se fuera.
El alcalde los calló  a todos y dijo que lo dejaran hablar. Les dijo que un día trajo al árbol paz, otro salud, alegría, bondad, etc para el pueblo.
Entonces de pronto el alcalde les dijo a todos que deberían de aprender de Andrés, porque ese era el verdadero espíritu de la navidad.
Todos se arrepintieron y lo celebraron alrededor del árbol.
Fue la mejor navidad de Andrés. A partir de ese momento nunca se le quitó la sonrisa de la cara.
 

MARI CARMEN DELGADO ROJAS 2º A

miércoles, 17 de diciembre de 2014

LA MAGIA SÍ EXISTE

Antes de empezar a contaros esta historia, voy a deciros el significado de tres palabras.
Tres simples palabras que pesan mucho: tanto en la vida real como en esta historia.

  Amor : sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
   Magia: arte o ciencia oculta con que se pretende producir resultados contrarios a las leyes naturales.
   Muerte: final de la vida. Separación del cuerpo y el alma.


LA MAGIA EXISTE

Aún recuerdo aquel día como si se tratase de ayer mismo. Era un 19 de diciembre, el día anterior me había enfadado con Roberto porque no se acordó de ir a comprar los regalos de navidad:
-Mañana iré Su, no dramatices – me dijo.
-Mira Roberto, si a ti, que tus hijas no tengan los regalos que quieren no te importa, me parece muy bien ; pero mañana mismo vamos a comprar los regalos – dije muy enfadada -. Y por tu bien espero que no se hayan agotado.
  Y me fui de allí muy cabreada, sin darle tiempo a contestar. Aunque en el fondo, aún esperaba que me regalase aquel collar tan caro y bonito que vimos en la joyería del centro comercial.

Al día siguiente no pude acompañarlos a comprar los regalos porque tenía mucho trabajo en la agencia: un vuelo había sido cancelado y tenía varios clientes que querían reclamar su dinero.
     Volveremos antes de la cena – me dijo Roberto mientras arrancaba el coche - . Y con todos los regalos - sentenció guiñándome un ojo.
     ¿Lo prometes?
     Lo prometo.
Y así se marcharon. Demi, Lu y Roberto.
Las tres personas más importantes de mi vida, camino del mismo y fatal destino.

* * *
Horas más tardes, allí estaba yo, corriendo lo más rápido posible hacia el hospital. Me habían llamado cuando aún estaba en la agencia: al parecer, un coche chocó contra el de Roberto en una curva. Y el peor parado fue este último.

Llegué al hospital acelerada. Corrí hasta el mostrador y le dije a la señora que estaba allí los nombres de mis hijas y el de mi marido. La señora los tecleó en el ordenador y me indicó que subiese a la tercera planta.

Subí rápidamente y al llegar allí, vi como los médicos se llevaban a Roberto en una camilla. Se me vino el mundo encima, ¿qué haría yo ahora?
Corrí hacia él; pero los médicos me impidieron verlo.

Desesperada decidí ir a la sala de espera y descansar un poco allí. Al llegar, la vi. Allí estaba, la conductora del otro coche...y la muy desgraciada solo tenía un par de arañazos.
Corrí hacia ella roja de rabia y la agarré del brazo.
-Escucharme desgraciada. Como les pase algo, te juro que me las vas a pagar. Por tu bien espero que no les pase nada porque si les llega a pasar algo...

Y no me dio tiempo a continuar. Los médicos me apartaron de ella y pasé de la ira a la desesperación. Lloré, lloré mucho, no sé cuánto tiempo me pasé llorando. Sola. Desconsolada.
* * *
Por fin me dejaron ver a Lu, la pequeña de mis hijas. No había sufrido tantos daños porque estaba sentada en el lateral derecho del coche y el impacto fue por el izquierdo.
Aun así no estaba intacta: aparte de arañazos y cortes, también tenía un golpe algo grave en el costado y decían que podría perder un riñón.

Me acerqué a ella, tan hermosa como siempre. Estaba dormida. Metí una de mis manos dentro de su pijamita y toqué su pecho. Notaba sus latidos y eso me tranquilizaba. Me acerqué un poco más y besé su frente.

En ese momento, un médico entró en la habitación y me pidió que me dirigiese a su despacho para poder hablar más tranquilos. Una vez allí, se decidió por fin a hablar:
     A ver Susana, la cosa está difícil, muy difícil. Roberto tiene escasas posibilidades. Hay que ser realistas, uno no puede saltarse todas las listas de espera para conseguir un órgano. Y a él le harían falta varios. Claro que...
     ¿Qué? Dígame.
     Hay una cosa. Podríamos intentar operarle de urgencia mañana mismo; pero puede que debido a su estado actual no supere la operación.
     ¿Y si no lo operamos mañana?
     Morirá.
     Entonces debemos intentarlo- concluí-.

Acabamos de firmar los documentos y me fui a casa a descansar.

* * *
El día siguiente fue horrible: mil llamadas de personas distintas diciendo lo mismo, que si vaya mala suerte, que si pobrecita yo......
Decidí apagar el teléfono. Como si alguien supiese mejor que yo lo que estaba sufriendo. La peor de mis pesadillas apareció en mi vida sin que nadie pudiese remediarlo.
Aún fue a peor cuando Roberto no superó la operación, ahí se acabaron mis ganas de seguir viviendo. Sin Roberto aquí, ¿qué haría yo?

-Pfff, maldito karma. En otra vida debí de ser un asesino en serie porque si no el karma me la ha jugado bastante-pensé-.

Yo sabía que era fuerte; pero sinceramente, después de esto, me había superado. Tenía que ser más fuerte que nunca para poder luchar por ellas, por mis hijas.

* * *
El 22 de diciembre, me dijeron lo mismo que con Roberto; pero esta vez con Demi. Aunque esta vez, tenían que operarla sí o sí.

Pero debido a su estado de salud no llegó siquiera al día de la operación. El 23 de diciembre  falleció Demi. Y el mundo volvió a venirse abajo para mi.
Decidí que la vida me había robado a dos de las tres personas más importantes de mi vida; pero yo iba a luchar por esta que aún vivía. Y por mi misma. Porque yo también había sido víctima del accidente aunque de otra forma.


El 24 de diciembre decidí pasarlo entero junto a Lu. Mi pequeña y adorable Lu. La miraba y algo en mí volvía a despertar. Aunque sus ojos ya no reflejaban lo mismo: ya no inspiraban paz y alegría, ahora estaban vacíos, sin vida, tristes...
Y eso volvía a hundirme; pero intentaba devolverle lo que la vida le había quitado. Mejor dicho: nos había quitado.

Esa noche me iba a casa. Llevaba unos días sin ir allí y me daba miedo que al llegar todo hubiera desaparecido como Demi y Roberto. Estaba preparando la maleta ( si maleta se le puede llamar a cuatro cosas) cuando de repente entró una enfermera en la habitación. Al ver a Lu tan triste, le dijo:
-¿Quieres ver un truco de magia?
Y la respuesta de mi hija me dejó helada.
-La magia no existe.
Esto me enseñó que la muerte es tan dolorosa que nos obliga a ser más fuertes, más maduros, más distantes e incluso más fríos.
Antes de irme, me acerqué para darle un beso. Me estaba marchando ya cuando:
-Mamá - me llamó - ¿por qué nos hace esto?
-¿Quién?- le pregunté.

Pero ya era tarde para saber la respuesta. Debía irme.
Al llegar a casa, vi un mensaje del director del hospital:
     Buenas noches Susana, soy Manuel, el director del hospital. Tengo malas noticias: Lucía ha estado vomitando últimamente y pensamos que podría deberse al problema con los riñones. Podría vivir dos meses más sin ser operada; pero luego habría que operarla. Vaya buscando donantes.
     ¡Vaya navidad! - pensé.

Estaba agotada. En el hospital no se dormía bien, y menos con ese miedo a que me despertara y Lu ya no estuviese conmigo.
Decidí acostarme, mañana sería un nuevo día.
* * *
Desperté un poco soñolienta, así que bajé a la cocina y me preparé un buen café. Me tendí en el sofá mientras me lo bebía. Entonces vi que bajo el árbol, había muchos regalos.
Puede que todo fuera un sueño. Que Roberto estaba vivo y Demi con él. Estaba feliz. ¿Habría sido todo un sueño?
Cogí el teléfono y llamé a Roberto. Salió el contestador.
Las probabilidades de que todo hubiese sido un sueño se estaban consumiendo.
Sonó el teléfono: era mi madre.
-Dime mamá.
-Cariño, ¿cómo estás?
-¿Con qué?
-¿Como que con qué? Hija mía, puedes hablar conmigo. Yo también perdí a mi marido...
niñas volando
No. No había sido un sueño. Era real. Colgué el teléfono, no tenía ganas de hablar con nadie.

Y entonces caí: si Roberto no pudo traer los regalos, ¿quién los había puesto ahí?
Corrí hacia ellos y los miré uno a uno. Había uno para Roberto, otro para Demi, otro para Lu y otro para mí.
¿Para mí? ¿De quién?
Cogí mi regalo y tras mirarlo minuciosamente, decidí abrirlo. Había un sobre con una nota. Abrí el sobre y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas: era un certificado en el que le donaban un riñón a Lu. Le daban una oportunidad nueva para poder vivir a la única hija que me quedaba.
La vida a veces nos da malas noticias y otras veces buenas. Lo importante es mantenerse fuerte. Ningún golpe, por fuerte que sea, debe pararnos. Hay que superar lo insuperable. Porque eso es la vida.

En la nota ponía: “La magia sí existe”.


                            Emma Vázquez (2º ESO A)

Christmas golden background


VICKY Y LA NAVIDAD

Caminaba sola. Llovía. Llovía fortísimo. Me intentaba proteger del agua con mi bolso. Me pregunto por qué cuando llueve, y no llevas paraguas, te proteges con lo primero que pilles: el bolso, la carpeta, el maletín…total, al fin y al cabo, te mojas.
red child garden shoes with spring flowersPor fin la lluvia cesó, la verdad es que caminaba sin rumbo.
Sin darme cuenta, llegué al centro de la ciudad. Todo estaba decorado con bonitos adornos navideños, los alumbrados que miraban atentos todos los que pasaban, padres con bolsas llenas de regalos y los pequeños con una gran sonrisa…¿Todos felices? No: había gente enferma, que no podía permitirse una cura; mendigos, a los que se les congelaban las manos de tenerlas abiertas para que alguien les diera una limosna; niños que no tienen familia para celebrar la navidad... Y lo que más me indigna es que los que no tienen esos problemas son los que consideran estas fiestas como una simple cena, como una época en la que puedes recibir todos los regalos que desees…
Aquí estoy yo, Vicky, en medio de la plaza contemplando todo y acordándome de esos momentos que vivía con mi abuela y mi hermana de pequeña.
Pero llegó el día en que mi abuela enfermó y desgraciadamente, murió. A mi hermana y a mí nos separaron y nos dejaron en diferentes casas de acogida, y todo esto el día de Navidad.
Nunca imaginé que me pasara esto a mi, era tan feliz.
Mi hermana hizo lo imposible para que no nos separaran, pero lamentablemente no pudo conseguirlo.
Seguí caminando y llegué a un puesto de castañas:
-Un cartucho de castañas, por favor
-Aquí tiene señorita y ¡Feliz Navidad!
Saqué mi monedero, mi pequeño monedero fuccia que me regaló mi abuela por navidad. Recuerdo como, con tan poco e insignificante regalo, me hizo tan feliz. Conté las monedas, no tenía suficiente dinero. Cuando iba a devolver de nuevo las apetitosas castañas, el vendedor me dijo:
-Hija, no hace falta que pagues, ¡Es navidad! Se lo dejo gratis.
-Muchísimas gracias -- dije y me retiré.
Seguí andando, ví una estación de tren, me dirigí hacia ella y sin pensármelo dos veces, me colé en un tren con destino a Roma.
Necesitaba escapar de allí, por eso me escapé de la casa de acogida, ya que no podía salir hasta que no cumpliera los 18 años y yo solo tenía 17.
Me senté en un asiento que por suerte quedaba libre. Abrí mi cartucho de castañas, las olí y sentí ese olor cálido llegando a mi fría nariz. Me las empecé a comer y sin darme cuenta, junto a mi había una chica de color, delgada y parecía estar escondida y tener hambre. Miré mis castañas y me pregunté si verdaderamente tenía yo hambre. Volví a cerrarlas y se las di a la muchacha que muy agradecida se las comió. Vi que tenía frío  y me quité mi abrigo de lana, mi precioso abrigo de lana, recuerdo que ahorré durante cinco meses para poder comprármelo, y se lo puse por encima. La chica me lo volvió a agradecer.
Por fin llegué a Roma, me encantó sus monumentos: el Coliseo, la Basílica…su olor a antiguo.
Vi a una joven que vendía flores en una moto, ella regalaba una bonita rosa a todo el que se cruzase en su camino. Esa rosa, según ella, representaba la generosidad. Días después la chica llevaba regalos a aquellas personas que no tiraron la flor.
Decía que si una rosa representaba la generosidad y  si luego plantabas más es porque uno quiere que su generosidad sea abundante, quien las dejaba en agua eran los que en el fondo de su corazón tenían un poco de generosidad y quien la tiraban era que no tenían absolutamente nada de generosidad.
La verdad es que no le encontré sentido pero hoy día sé lo que quería decir.
Ella me ofreció una rosa y  un narciso que representaba la felicidad.
Me quedé contemplándolo y recordé a mi hermana, Celia, cómo la echo de menos, cómo me acuerdo de ella cada día, de lo bien que lo pasábamos jugando a las muñecas, a las doctoras…imaginando nuestro futuro, que pasase lo que pasase siempre íbamos a estar juntas…(¡Celia, cómo deseo que estés aquí!-pensé)
No pude contenerme más y lloré, lloré sin consuelo, el narciso cayó al suelo, entonces una joven que pasaba junto a mi dijo:
-Señorita, se le ha caído esta delicada flor.
Miré hacia arriba, no daba crédito a lo que veía, mi cuerpo no reaccionaba, después la abracé, mis ojos se llenaron de lágrimas y lo único que hacía era abrazarla con todas mis fuerzas:
-¡Celia hermana!
-Vicky no puede ser, te he buscado durante tanto tiempo, pero por fin estamos otra vez juntas después de 11 años, otra Navidad juntas-dijo mientras de sus preciosos ojos marrones caían lágrimas.
No le di importancia a la chica de las flores, ni a la joven del tren, pero días después en la tele salieron las famosas más adineradas del momento y con un gran asombro me di cuenta de que ¡Eran ellas!, me hice numerosas preguntas de todo lo sucedido durante varios días, pero me hice aún más cuando el día de navidad, junto a la chimenea, había un narciso y un cartucho de castañas, junto a ellos un cheque de una cantidad extraordinaria. Gran parte de ese dinero lo doné a los necesitados, a las personas enfermas que no podían permitirse una cura, a niños huérfanos, y a algunos  asilos, ya que todos merecemos ser felices, ya decía mi abuela la felicidad es la clave de la vida: ayuda y serás ayudado, recibirás lo que tú das, es precioso ver cómo te vuelves importante para quien has ayudado.

Mª José Medina del Valle. 2º Eso A

Lavendelfeld rot

LA MAGIA DE LOS REYES MAGOS

En la calle central de un pueblo cualquiera, de una ciudad cualquiera, la casa numero 15 estaba repleta de alegría, ya que los cuatro hijos de Nacho esperaban ansiosos la llegada de los Reyes Magos. Entre los cuatro hijos habían pedido muñecas, balones, cochecitos, camisetas de fútbol, deseando que los Reyes Magos se lo trajesen.
Los padres hacían todo lo posible por conseguir todos los regalos, ya que eran muchos y solo un sueldo para comprarlos. Una semana antes del día de Reyes los padres dejaron a los niños con sus abuelos para ir a comprar los regalos, dejándolos en su casa guardados en un altillo. De todos los regalos, los padres solo compraron los que creían que a sus hijos le gustarían más. La noche de reyes, una vez que sus hijos estaban acostados, los padres empezaron a colocarlos debajo del portal de Belén, descubriendo que sus  cuatro hijos estaban despiertos observando como colocaban los regalos.
Los padres hicieron entrar a sus hijos al salón y sentarlos en el sofá, para contarles la verdadera historia de los Reyes Magos.
La historia empieza por el nacimiento de Jesús en Belén donde los Reyes fueron a adorarle. Los Reyes Magos aparte de ser muy sabios, eran ricos, por lo que decidieron hacer regalos a todos los niños, celebrando el nacimiento del niño Jesús. Los reyes continuaron esa labor todos los años hasta que físicamente no podían, solicitando a los padres que mantuvieran esa tradición e ilusión, y que, llegado el momento, transmitiesen la historia a sus hijos.
Los padres asumieron gratamente esta función ejerciéndola hasta nuestros días.

Los cuatro niños, al terminar de escuchar esta historia, comprendieron muchas cosas, abrazándose a sus padres, llorando y agradeciéndoles que durante tantos años hubiesen sido sus Reyes Magos.


Escrito por Nuria Ramírez (2º ESO A)
REYES MAGOS

lunes, 15 de diciembre de 2014

Otros cuentos populares

Seguimos con los cuentos populares. En este caso son cuentos muy conocidos por toda la geografía española, pero igualmente han servido para entretener y enseñar a los pequeños.

EL GALLO KIRIKO
hahn cartoon geflügelÉrase una vez un gallo muy presumido que recibió una invitación a las bodas del tío Perico. Como vivía muy lejos, salió muy temprano con sus plumas bien atusadas y su piquito muy limpito.
Por el camino, se encontró a Gusanito:
-Gallo Kiriko, Gallo Kiriko, ¿dónde vas con ese traje tan rico?- le preguntó.
-Voy a las bodas del tío Perico – contestó.
-Gallo Kiriko, Gallo Kiriko, llévame contigo.
-Pues aprovecho que hoy no he desayunado - y de un bocado se zampó a Gusanito- .
Por el camino se encontró un palo:
- Gallo Kiriko, Gallo Kiriko, ¿dónde vas con ese traje tan rico y de barro manchado el pico?- le preguntó.
- Voy a las bodas del tío Perico. Por favor, límpieme usted el pico.
-Vale, pero ¿dónde está Gusanito?
-No sé, que se yo.
-¡GUSANITO! ¡GUSANITO! - gritó el palo - ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
-Aquí en la barriga del gallo Kiriko que me está llevando a las bodas del tio Perico –contestó Gusanito- .
-¡GALLO MENTIROSO! – gritó el palo enfadado – Pues límpiate tú el pico.
Y el palo le pegó durante un buen rato.
El gallo dolorido prosiguió su camino y se encontró con el señor fuego:
- Gallo Kiriko, Gallo Kiriko, ¿dónde vas con ese traje tan rico y de barro manchado el pico?- le preguntó.
- Voy a las bodas del tío Perico. Por favor, límpieme usted el pico.
-Está bien, pero ¿dónde está Gusanito?
-No sé, que se yo.
-¡GUSANITO! ¡GUSANITO! - gritó el señor fuego - ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
-Aquí en la barriga del gallo Kiriko que me está llevando a las bodas del tío Perico –contestó Gusanito- .
-¡GALLO MENTIROSO! – gritó el señor fuego enfadado – Pues límpiate tú el pico.
Y acto seguido quemó al gallo Kiriko.
Este continuó su camino y se encontró a la señora nube:
- Gallo Kiriko, Gallo Kiriko, ¿dónde vas con ese traje tan horrendo y de barro manchado el pico?- le preguntó.
- Voy a las bodas del tío Perico. Por favor, límpieme usted el traje y el pico.
-Acepto, pero ¿dónde está Gusanito?
-No sé, que se yo.
-¡GUSANITO! ¡GUSANITO! - gritó la señora nube - ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
-Aquí en la barriga del gallo Kiriko que me está llevando a las bodas del tío Perico –contestó Gusanito- .
-¡GALLO MENTIROSO! - gritó la señora nube enfadada – Pues límpiate tú el traje y el pico.
Y esta descargó toda el agua que contenía sobre él.
El gallo Kiriko a pesar de su miserable aspecto, consiguió llegar a su destino. Allí el cocinero al verlo en aquel estado, no lo reconoció y decidió asarlo para el banquete.
Mientras todos comían, alguien vio a Gusanito en uno de los platos vivo y feliz. Y él como todos también comió pollo.
Y colorín, colorado, al gallo Kiriko se han zampado.


EMMA VÁZQUEZ (2º ESO A)

            MARIQUILLA

Fondo infantil Un buen día, en un pequeño pueblo situado entre las montañas, una madre mandó a su hija a por agua a la fuente que se encontraba en  el centro de la plaza principal.
Mariquilla, la niña, paseaba con su cántaro a la fuente mientras no dejaba de mirar el fino y precioso anillo de oro que le habían regalado.
El sol acariciaba suavemente su cara, mientras que todas las mujeres que hacían la compra, limpiaban o simplemente paseaban la saludaban.
" Botijo " from SpainAl llegar a la fuente, la joven dejó su anillo en el alféizar de una ventana con miedo a que se le cayera a la fuente.
De vuelta a casa, Mariquilla contempló sus pequeñas manos y se dio cuenta de que le faltaba su bonito anillo.
Volvió lo más rápido que pudo a la plaza, entonces, en un abrir y cerrar de ojos, se vio dentro de un zurrón, un saco enorme.
Un hombre que era vendedor ambulante la secuestró y para ganarse alguna limosna iba de casa en casa, de pueblo en pueblo y de casa en casa diciendo:
-Miren este fabuloso saco que tengo, nunca verán algo igual ya que este habla...
Cuando decía esa frase todas las personas se interesaban y acudían cerca de él, era entonces cuando decía:
-Mariquilla canta o te doy con la palanca
Ese era el momento en el que la chica cantaba:
-En un zurrón voy metida, en un zurrón moriré, por un anillito de oro que en la fuente me dejé.
El vendedor se hizo muy famoso.
Un día volvió al pueblo donde secuestró a Mariquilla.
Llamó a una casa, una casa muy conocida en todo el pueblo, ya que en ellas habitaban personas adineradas y de prestigio.
Cuando una señora abrió la puerta y escuchó la voz de la niña, quedó sorprendida...¡Era la madre de Mariquilla!
Ella llamó a la autoridad.
Finalmente recuperó a su hija y el hombre fue encarcelado.

Mª José Medina del Valle (2º ESO A)

domingo, 14 de diciembre de 2014

PRIMEROS CUENTOS POPULARES

Empezamos a recopilar cuentos populares. Unos son propios de nuestra localidad; otros, de poblaciones cercanas, pero todos han sido narrados a viva voz por unos abuelos a sus nietos. 
                             
EL CUENTO DE LA BUENA PIPA
- Quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?
-  (Con alegría, porque entonces no habían otras cosas con las que divertirse):¡Síiiiiiii!
- No te he dicho que digas Síiiiii, sólo te he preguntado si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa.
-  (Dubitativo, suelta un sobrio): no
 - Vamos a ver, yo no te digo ni que SÍ ni que NO, sólo quiero saber si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa.

.... y así una y otra vez... hasta que el niño terminaba llorando o muy enfadado por no poder escuchar el cuento y notar que se están burlando de él.
LUCÍA NARANJO (2º ESO A)
 Helianthus annuus Napraforgó Tournesol Girassol Girasole

LOS CONEJOS

Cheerful Rabbit - Cute Cartoon IllustrationEl blanco era el bueno y el negro era el malo .  El conejo negro empezó a hacer travesuras un día, y el blanco comenzó a ayudar a los demás.

 El oscuro se cansó de hacer travesuras , entonces decidió ayudar a los animales y el claro enfadado, ya que el negro le estaba quitando el protagonismo, pensó que si se manchaba de barro parecía su hermano. 

Se fue a hacer cosas malas y su hermanito empezó a llorar ya que le echaban la culpa de lo sucedido. La madre decidió vigilar al negrito, y vio que no hizo nada malo , mientras que el blanquito estaba desaparecido.
Happy rabbit holding carrotVolviendo a la madriguera vio a su hijo el blanco, le siguió. Se había metido en un charco de barro era igual que su hermano ,comenzó a hacer las travesuras. cuando miró su pata se dio cuenta de que el barro estaba desapareciendo y pensó ir a un charco de nuevo . 

La mamá lo seguía, mientras tanto él se equivocó, se había metido en un charco de agua y era blanco otra vez. Su madre lo cogió por la oreja y lo castigó. El hermanito podía hacer cosas buenas y jugar con sus amigos.    

MIGUEL ÁNGEL VENEGAS (2º ESO A)

Garbancito
Érase una vez un niño tan pequeño que cabía en la palma de la mano. Por eso todos le llamaban Garbancito. Era tan pequeño, que cuando salía a la calle cantaba:
¡Pachín,pachín,pachín!                                                                                                             ¡Mucho cuidado con lo que hacéis!         
verza fresca in fondo bianco¡Pachín, pachín,pachín!                                                           ¡A Garbancito no piséis!
Un día, su padre iba al campo, para recoger las verduras que iba a vender en el mercado. Garbancito le acompañó. Ya en el campo, Garbancito se puso a jugar, saltando y saltando de planta en planta. Hasta que se cayó en una col. Intentó salirse de ahí, pero al moverse lo vio un buey. Este se acercó y se comió la col de un bocado, con el niño dentro. Llegó la hora de volver a casa, y su padre le estaba buscando, pero no lo encontraba. Al día siguiente, empezó a llover y después a nevar. Los padres gritaron:
-¡Garbancito! ¿Dónde estás?                                                    -¡En la barriga del buey, donde ni nieva ni llueve! Escucharon a lo lejos.
Los padres, contentos por haberle encontrado, se acercaron al buey y le hicieron cosquillas en la nariz. Este estornudó y echó al niño fuera. Mientras volvían a casa, cantaban alegres:

¡Pachín,pachín,pachín!                                                                                                             ¡Mucho cuidado con lo que hacéis!   
¡Pachín, pachín,pachín!                                                                                                             ¡A Garbancito no piséis!


NACHO ALONSO DE VAYA (2º ESO A)






martes, 9 de diciembre de 2014

Al este del sol y al oeste de la luna

Como ya dijimos, este espacio será un rincón para todos aquellos que quieran decir algo a los demás.
En esta ocasión leemos y escribimos cuentos populares. 
Aquí os dejo un precioso cuento.



Horse in yellow mountains - 3D render