domingo, 1 de noviembre de 2015

Nuevos cuentos: Halloween III

Por fin llega la tercera y última entrega de este año. 
Habrá unos que nos gusten más, otros que nos resulten horripilantemente entrañables y otros,...(no sé). No obstante, todos están impregnados de la ilusión y el esfuerzo de nuestr@s niñ@s. Por esto solo merece la pena pararnos y leerlos, gozar con ellos y dedicarles un poco de nuestro tiempo.  Por ellos. Gracias.

RELATO Nº 1
El  disfraz que cobró vida
Sandra y sus padres salieron a comprar las cosas para Halloween. 

Fueron a una tienda de disfraces y estuvieron viendo algunos, ella se fijó en uno, era un disfraz raro y por eso le gustó y preguntó cuánto costaba.
El encargado dijo que no estaba en venta. 
Sandra deseaba tanto ese disfraz que le rogó que se lo vendiera, este le dijo: te lo voy a vender, como tú quieras, pero es muy peligroso, cuando llegues a tu casa échale este líquido y déjalo secar. 
Después de los mandados, llegaron a casa y lo soltó en la cama y se le olvidó echar el líquido. 
Después de la cena, fue a su cuarto y el disfraz no estaba, por lo visto apareció guardado en el armario, ella creía que lo colgó allí su padre o su madre. 
Ese líquido era para que los malos espíritus se fueran y no causaran daños a esta familia. 
Durante la noche se escuchaba como si en el ropero estuvieran arañando las puertas, no se levantó para ver lo que pasaba puesto que muchas veces se colaba el gato de la vecina. 
Al día siguiente se preparaban todos para salir por las calles y pedir caramelos. 
A la hora Sandra se encontraba mal y volvió a casa y se tumbó en el sofá, al minuto llamó el de la tienda, parecía muy furioso y le dijo que se quitara el disfraz y lo arrojara en algún contenedor lejos de su casa, 
Sandra no entendía nada, se dio una ducha y al mirarse en el espejo vio a una mujer con su disfraz, salió corriendo y tiró el disfraz. Ya era tarde, el disfraz había recobrado vida, llegó a casa y se sentó en una silla y de repente escuchó unos arañazos que venían de su ropero, subió y allí estaba el disfraz, se asusto muchísimo y bajó para volver a llamar al encargado, marcó el número pero no existía, antes de colgar llamaron a la puerta y abrió, era el de la tienda que le explicó que el líquido era para desorientar a los malos espíritus del vestido, ya que este lo encontró una joven muchacha en una casa casi totalmente destruida, esta lo llevó a la tienda, donde  intentaron librarse del disfraz, lo quemaron etc.. pero siempre volvía al mismo lugar.
El disfraz pertenecía a una bruja que no quería que nadie tocara sus cosas y maldijo todo lo suyo y hacía que cada vez que alguien que tocara su vestido al mirarse en el espejo la viera vestida con él. 
Este hechizo se rompería si el espejo se partía sobre el vestido.

SONIA FLORES MACÍAS 3º ESO B


RELATO Nº 2
¿POR QUÉ A MÍ…?

Cada día miro a mi ventana tenebrosa pensando en aquello que me ocurrió, aquello que me cambió la vida por completo, aquello con lo que llevo viviendo toda mi vida.

Era un día un más de Halloween, un 31 de octubre más, una noche más donde los niños y los adultos se disfrazan de sus personajes de miedo favoritos, una noche en la que la luna aparecía y desaparecía con mucha facilidad, en fin, una noche ideal para celebrar Halloween. 
De repente llamaron a mi puerta, cogí las gominolas y cuando me dirigía a abrir unas aterradoras noticias sonaron por el televisor: “No salgáis de casa, mantened todas las ventanas y puertas cerradas y manteneros lo más alejados y resguardados posible” y al mismo tiempo sonaron todas las alarmas de la ciudad. 
De pronto se oyeron muchos gritos en la calle mientras en la televisión se oía: “Estamos siendo atacados por zombis, algo que no podemos explicar. Nuestros científicos buscan algún razonamiento para esto pero hasta ahora solo sabemos eso. Por favor no salgáis de casa.” De repente empezaron a llamar muchísimo más fuerte a mi puerta gritando: SOCORRO, SOCORROOO, POR FAVOR AYUDAAA” 
Mi cuerpo se quedó clavado al suelo, por mucho que quisiera moverme no podía. Pero mi fuerza de voluntad fue mayor y abrí la puerta. De repente un zombi se abalanzó sobre los niños y el hombre que había en mi puerta. Yo intenté ayudarlos pero no pude. Corriendo cerré la puerta, pero yo creo que eso fue lo peor que podría haber hecho. 
Cada vez más gente eran las que  llamaban a la puerta y más niños pidiendo auxilio y yo me quedé mirando a la ventana viendo como todo el mundo moría, viendo cómo cientos de niños morían. Yo corrí a esconderme en mi casa. Pero el ruido cada vez era más fuerte. De repente varios zombis quisieron entrar en mi casa y empezaros a abalanzarse con muchísima fuerza sobre la puerta. Yo con mucho miedo cogí las llaves de coche, me fui a la cocina, cogí un cuchillo y un botiquín y me fui al garaje para coger el coche y arranqué. Salí a toda velocidad y me dirigí hacia el bosque. 
De repente empezó a llover muy fuerte y en una curva mi coche se resbaló y se volcó.  Salí ilesa del accidente, solo un par de heriditas y tuve la suerte o la desgracia, de que justo a un par de metros había un pueblo. Me dirigí hacia él corriendo. Al llevar estaba destrozado. Las puertas y las ventanas abiertas de par en par, los supermercados y tiendas destrozados, en resumen, todo destrozado. Al mirar al cielo llorando vi sobre mi cabeza un cartel que ponía posada.  
Pensé que al no haber nadie me podía quedar allí a dormir así que, no muy segura la verdad, me dirigí hacia la posada. Al llegar, efectivamente no había nadie, así que me quedé a dormir. Al despertar hacía una mañana tan preciosa que ni me acordaba de lo que había ocurrido, hasta que miré a mí alrededor y me encontré mucha sangre por todas partes. Enseguida recordé que paso en la noche anterior pero no sé de dónde provenía esa sangre. Insegura de lo que hacía seguí e rastro que había de sangre hasta que llegue a una especie de túnel. Estaba muy oscuro y no se veía ningún fin. “Podría ser mi fin si entro pensé” pero luego mire a mi alrededor y me decidía a entrar. Todo iba bien hasta que algo me rozó la cara con una gran suavidad. Yo pensé “Habré sido yo sin darme cuenta” y continué hacia delante. Poco después vi una luz que cada vez estaba más y más cerca y pensé que era un tren. Asustada corrí a salirme de ese túnel, pero cuando fui a empezar a correr desapareció esa luz. Creyendo que la había apagado comencé a correr hacia el principio del túnel pero de repente tropecé con algo y perdí el conocimiento.
Al despertarme estaba rodeada de niños llorando, llenos de sangre y les pregunté que les pasaba. 
Ellos me dijeron que es que sus amigos y sus padres estaban muertos y que tenían miedo de que los mataran a ellos también. Entonces yo los abracé y les dije que no les iba a pasar nada mientras que yo estuviera aquí. Así nos llevamos 1 semana encerrados en una habitación sin comer. Al cabo de dicha semana día a día se iban llevando a uno de los niños y ninguno de ellos volvía. Aún recuerdo sus caras aterradas mirándome con todo el rostro lleno de lágrimas. Pero al acabar esa terrible semana, yo junto con muchos niños nos escapamos de la habitación. Todo estaba lleno de zombi así que fuimos con cuidado de que no nos vieran ni oyeran hasta que uno de los chicos, el cual tenía un gran catarro, estornudo y empezaron a perseguirnos. La única que escapó desgraciadamente fui yo y con discreción volví a casa.
Al cabo de varios meses algo muy fuerte sonó en mi puerta. Al abrir me encontré dos bolsas negras. Corriendo las cogí y cerré la puerta con mis 10 pestillos. No sabía que era y tampoco sabía si abrirlas o no, pero me decidía a hacerlo. Al abrirlas (se me encoje el corazón nada más de recordarlo) en la bolsa grande me encontré a Dani (uno de los niños que intentó escapar conmigo), decapitado. Empecé a chillar llorando” ¿QUÉ OS HA HECHO ÉL PARA QUE LE HAGÁIS ESTO?” y no quise abrir la otra, ya que sabía lo que había dentro.
Eso se repetía cada semana. Primero fue Dani, luego Luis, luego Sergio, luego José y finalmente David. En cada uno de ellos me ponía una nota con la fecha de la siguiente bolsa, menos en el último que me puso lo  siguiente

 La próxima bolsa a tu casa
irá vacía pero de ella saldrá 
llena y  junto con la
nota le llegará a alguien
que no te conozca.

Este es el motivo por el que no cierro los ojos nunca, por el que no pillo el sueño, por el que estoy siempre alerta, por el que…. no vivo en general.
De esto han pasado 3 años y no me ha pasado nada. 
¿¿Cuándo será ese día??
No creo que exista………………………………….pero,………. Creo que hay alguien en casa………….¿hola??...............AAAAAAAAAAAAAAAA  SOCORROOOOOOOOOOOO.
Esto ha sido lo último que se supo de María y  la nota se envió, pero, ¿te llegará a ti?

Macarena Cuesta Vela 3º ESO A


RELATO 3

CUALQUIERA LA HUBIERA TOMADO POR LOCA
Muchos no comprendían por qué una chiquilla tan bien educada e inteligente amaba una estúpida fiesta como es Halloween. Sin embargo, tenía sus motivos, pero nadie se había molestado en preguntárselos.
La causa tenía nombre y fecha: Chiara, dos de mayo de 2006.
Algunos imaginaban su historia; otros (a los que me atrevo a calificar como faltos de ingenio, sin intención de ofenderles) no eran capaces de deducirla. No obstante, sólo los parientes más cercanos estaban al tanto de la inclinación natural de la muchacha hacia lo que se conoce como “El Día de los Muertos”.
Al contrario que muchos amantes de Halloween, ella no era una de esas adolescentes que se van de fiesta vestidas de bruja y se emborrachan al son de la música de una discoteca decorada para hacer temblar al mismísimo fantasma Bloody Mary.
No, ella no era así.
Cualquiera la hubiera tomado por loca si se hubiese detenido a explicarles cómo, tras la muerte de su hermana mayor, cada anochecer se sentaba sobre la cama a esperarla, ilusionada de que regresara a besar su frente y desearle buenas noches. Y es que una noche de Halloween, ya bien acurrucada entre las sábanas, le pareció oír cómo se abría la puerta de su cuarto y unos labios cálidos se apoyaban delicadamente sobre su cabeza.
Comprendió que era cierta aquella popular historia: los muertos tienen permiso para bajar al mundo de los vivos una sola vez al año.
Desde entonces, el 31 de octubre se iba a dormir más temprano para que su hermana pudiera acercarse al cabezal de su cama, darle un beso y regresar al cielo, en donde, probablemente, vivía.


Isabel Maraver Galán 3B


2 comentarios:

  1. muy chulos los cuentos si señor. Buen trabajo chicos.

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  2. Isabel Maraver Galán26 de noviembre de 2015, 10:57

    Qué bien los trabajos profe, cómo se notan que son de tercero��

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