viernes, 30 de octubre de 2015

HALLOWEEN SÍ / HALLOWEEN NO (I)

Llegó el  día. 
Cada año se vuelve a repetir la misma polémica. 
Nosotros aprovechamos cada ocasión para escribir. 
Esta, también.
Hemos imaginado aventuras con finales trágicos, terroríficos,...y
personajes  fantasmagóricos y muy malos.

Os muestro algunas imágenes de los trabajos realizados.
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     NADA ES LO QUE PARECE
El forense estuvo observando el mismo papel más de cinco minutos, no reaccionaba.                          Miró fijamente el cuerpo de Tamara, su cabello rubio recogido en una coleta, sus labios secos sin color, su cara pálida de un color azulado, como si la hubieran metido en un congelador durante días. Alzó su mirada hacia mis ojos y volvió a repetir la misma pregunta:
-Señorita, ¿Seguro que su amiga no tenía problemas de corazón?
-No doctor, Tamara no tenía problemas de corazón, es imposible que en sus análisis diga que murió de un infarto.
-Señorita, a su amiga le detectaron fallos en su corazón hace un año, se le recomendó que asistiera a la consulta de la doctora López, experta en cardiología, pero Tamara no asistió, ¿Sabe por qué?
-Como lo he dicho no sé lo que le pudo pasar y…en ese instante, divisé bajo la camilla en la que descansaba el cuerpo sin vida de mi mejor amiga, un folio arrugado, miré al forense, sus gafas estaban empañadas, el sudor le recorría la frente, intentó decirme algo pero lo interrumpí para decirle que de qué se trataba dicho folio.                                                                            
El forense lo recogió, a continuación empezó a leer:
-Tamara Rey, 19 años, problemas de corazón, restos de ADN desconocido en sus uñas y…-de su boca salieron algunas palabras entrecortadas, su respiración aceleró, por fin pudo terminar la frase- muestra tierra en sus pulmones.
-¿Qué quiere decir?- pregunté sobresaltada.
-¡Fue enterrada viva!, ¡Tamara fue enterrada viva! ¡A mi hermana la asesinaron!-dijo a gritos una voz desde el fondo de la habitación. Era Alba, la hermana pequeña de Tamara. Estaba en ropa interior, con rasguños y manchas de sangre por todo el cuerpo, tenía unas ojeras muy marcadas por las que cayeron lágrimas tras decir aquellas palabras, instantes después cayó desplomada en el suelo de aquella habitación iluminada por una débil luz eléctrica y en cuyo centro descansaba el cuerpo de la popular y alegre Tamara.
                                               UNA  HORA DESPUÉS
Sujetaba un café para llevar mientras esperaba que la agente Castro llegase quien me iba a interrogar sobre lo sucedido.                                                                                                                         
Alba estaba en la U.C.I, tenía señales de arma blanca y restos de ADN en sus uñas, como su hermana, todo apuntaba a un intento de violación,  pero no era seguro.                                                                                          
Ahora sin su hermana, ¿Qué sería de ella? Estaban muy unidas, incluso salían en la misma pandilla, no tenían mucha diferencia de edad.
-Señorita Castillo, la agente Castro la espera- me dijo un policía, era joven, seguro que sería uno de los chicos de prácticas, pero, su cara, me resultaba familiar, sus ojos…esos ojos verdes…los había visto antes en otro lugar.
-Sí enseguida voy-respondí.
Entré en una habitación pequeña, había una mesa y dos sillas, una en frente de la otra, en el centro de la mesa había tres velas, era la única iluminación de la sala junto con una ventana, pero al ser de noche no entraba ninguna luz.
-Me temo que el interrogatorio va a tener que ser así, la luz se acaba de ir. Buenas noches soy la agente Castro- dijo una mujer morena de cabello rizado, tendría cincuenta años, su cara reflejaba cansancio, como de estar varias noches sin dormir.
-Buenas noches, soy Alicia Castillo, mi…mi amiga murió esta tarde y...
-No se preocupe, sé toda la historia, tome asiento por favor.- A continuación abrió una carpeta y empezó a leer- Tamara Rey, restos de ADN en sus uñas, problemas de corazón y…-tragó saliva- tierra en sus pulmones.
-Así es, esta tarde me llamaron diciendo que tenía que identificar un cuerpo que había sido encontrado en la playa, no me dijeron quien era pero enseguida supe que se trataba de Tamara.
-¿Por qué?
-Esa playa está a más de 85 Km de aquí, ninguna de mis amigas iría a una playa tan lejos, ninguna excepto la arriesgada Tamara.
-¿Cómo sabía que sería algunas de sus amigas?
-Me dijeron que era una chica joven.
-¿Conocía mucho a la fallecida?
-Sí, era mi mejor amiga, desde pequeñas hemos estado muy unidas, hasta hace aproximadamente un año….se empezó a escapar de su casa, dejó de salir con mis amigas y conmigo e incluso se distanció mucho de Alba, la chica que está en la U.C.I, su hermana pequeña con la que estaba muy unida. Tamara me dijo que su hermana empezó a salir con un antiguo novio suyo y eso le molestó mucho pero a ella a ese tipo de cosas no le daba mucha importancia, es lo que me  resultó raro.                                                                     
Después de más preguntas, les pedí un descanso, aún no me hacía a la idea de que mi amiga se había ido, aquella con  la que compartía tantísimos recuerdos, gustos, secretos…se había marchado, para siempre.                      
Salí de comisaría, mi coche no arrancaba, se había quedado sin gasolina, de repente alguien golpeó la ventanilla de este. Era ese policía que me resultaba tan familiar.
-¿Alicia? Soy el policía de antes si quieres te llevo a casa en mi moto, está aparcado a dos manzanas más abajo- Me miró con una pequeña sonrisa, al ver que yo estaba confusa- No te asustes, ya me conoces, soy…bueno, era el primo de Tamara, nos conocimos en la fiesta que dio por su cumpleaños, ¿Lo recuerdas?- Y decía que lo conocía de algo, lo que no recordaba es que era el primo de mi amiga.
-Si claro, tu nombre era…¿Álex?
- Sí, sí, Álex.
-Pues de acuerdo me voy contigo. En ese instante la radio del coche se encendió sonando a todo volumen, una y otra vez, el estribillo una canción de rock: “Cuidado nada es lo que parece”, mientras los intermitentes del coche parpadeaban al ritmo de la canción que finalmente reconocí, esa canción la empezó a escuchar Tamara hace cuatro meses, cuando cayó en depresión por un tema aún desconocido para mí.                                                  
Menos mal que Álex logró sacarme de allí.
 Me duché, me puse mi pijama y cuando volví al baño, quedé impactada, en el espejo, escrito con pintalabios rosa, el pintalabios de Tamara, aparecía el estribillo de esa canción de rock: “Cuidado nada es lo que parece”
-Madre mía, ¡Ayuda!- grité mientras salía corriendo sin dejar de mirar tras de mí. Minutos después subieron mis vecinos para ver de qué se trataba pero...no había nada. No me lo podía creer ¿Cómo era posible?
Al día siguiente, decidí ir a ver por última vez a Tamara, antes de que la llevaran a incinerar. Quedé con Álex, era su primo, era normal que quisiese ir.                                                 
Cuando lo vi, me llamó la atención un tatuaje con forma de espiral que tenía en la nuca, lo miraba cuando mi móvil comenzó a sonar, abrí el bolso para sacarlo y…
-¡Ahhh!- grité, este estaba lleno de tierra y lombrices, también había pedazos de hielo-¡¿Qué es esto?!- Álex quedó atónico, más que yo.
Nos subimos en su coche donde me llamó la atención varias cosas: en el asiento trasero había un pintalabios rosa, el pintalabios de Tamara, el mismo color del que pintaron eso en mi espejo. Junto a este, había un cuchillo. Miré al policía al que había conocido prácticamente ayer, sus manos estaban arañadas, en el suelo del coche, había una revista de helicópteros, al parecer él pilotaba uno, finalmente vi una foto suya con Tamara, en la misma playa donde fue encontrado el cuerpo de esta. Decenas de preguntas recorrieron mi mente en ese momento. Por fin llegamos, bajé del coche y entré en la sala donde descansaba el cuerpo de mi amiga, no había nadie, sólo ella y yo.                                        
Me acerqué, acaricié su cabello y me percaté de un detalle, tenía en el cuello, el mismo tatuaje que tenía Álex, también me fijé que no tenía uñas, algo raro en ella ya que siempre las tenía muy largas, entonces recordé los rasguños en las manos del joven policía, miré a mi amiga y entonces recordé esa fiesta de cumpleaños, Álex, el chico de ojos verdes, era el novio de Tamara que todas conocimos esa misma noche, también fue un ligue de Alba quien me enseñó fotos suyas, estaba un poco obsesionada con él y al igual que su hermana mayor, coincidía en que tenía unos ojos preciosos. Esto me hizo recordar el momento en el que Alba apareció diciendo que Tamara fue asesinada, en ese instante el forense me decía que mi amiga presentaba problemas de corazón…Álex pilotaba un avión, en el que Tamara se habría montado alguna vez, pero a ella le atemorizaban las alturas, esto podía provocar pequeños infartos…también en el coche de este chico había un cuchillo, Alba tenía rasguños por su cuerpo….y las dos hermanas tenían resto de ADN en sus uñas…todo encajaba:
-¡Álex asesinó a Tamara e intentó hacer lo mismo con Alba!- grité sorprendida. Noté una respiración acelerada detrás de mí, era Álex, tenía en su mano el mismo cuchillo:
-La metí dos días en un congelador, la maldita aún seguía viva, la tuve que enterrar viva para que muriera, pero había una testigo, su hermanita Alba quien escapó de mi, vivirá para contarlo pero la tomarán por loca- tras una breve pausa, recorrió con la punta del cuchillo mi cara- Y tú, tú no vivirás- Alzó el cuchillo y cuando estaba dispuesto a clavármelo unas manos agarraron fuertemente el cuello de Álex hasta asfixiarlo..¡Era Tamara! Tenía los ojos rojos y la piel pálida, me miró y tan sólo dijo:
-Amiga, cuidado, nada es lo que parce- al segundo volvió a caer en esa camilla de metal el cuerpo inerte de Tamara Rey.


Mª JOSÉ MEDINA DEL VALLE. 3ºESO A   


¿Quién es mamá?

Era una noche oscura, sin luna, sin viento, en un pequeño pueblo. El joven Calum vivía solo con su madre, ya que su padre había muerto años atrás en un accidente de tráfico.
Mientras mamá preparaba la cena, Calum jugaba en el piso de arriba. De repente hubo un fugaz apagón, la bombilla de la habitación del chico se apagó y dos segundos después se volvió a encender. Abajo, la televisión dejó de funcionar, la luz regresó pero no se oyó ningún ruido.
Unos segundos después escuchó cómo un vaso se caía al suelo. Se levantó de repente y preguntó:
* ¿Mamá? ¿Estás bien?
Esperó de nuevo pero nada. Silencio absoluto. Cuando se dispuso a bajar oyó el grito de mamá.
*¡AAAAHHHHH!
Calum se quedó totalmente congelado. Su madre, la fuerte mamá protectora que siempre le cuida gritaba de auténtico terror. Antes de poder reaccionar la volvió a oír.
 *¡Calum, baja deprisa! ¡Calum ayúdame por favor!
Este corrió escaleras abajo pero todo estaba oscuro, la luz no había vuelto como en el piso de arriba. Se dispuso a caminar hacia la cocina cuando de repente, una mano le tapó la boca y lo arrastró a un armario y cerraron las puertas. El grito se repetía.
*¡Calum, baja deprisa! ¡Calum ayúdame por favor!
Pero el joven ya no estaba preocupado por su madre, porque ahora estaba con ella. Se giró y vio la cara de su madre intranquila diciéndole que estuviera en silencio. Y así lo hizo mientras se preguntaba ¿quién o que gritaba desde la cocina con la misma voz de mamá?....

Rocío Barragán Moreno, 3º ESO C

Aquí tenemos el resultado de esta actividad.
Pero no os vayáis todavía, aún hay más (HALLOWEEN II-III)

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