Llegó el día.
Cada año se vuelve a repetir la misma polémica.
Nosotros aprovechamos cada ocasión para escribir.
Esta, también.
Hemos imaginado aventuras con finales trágicos, terroríficos,...y
personajes fantasmagóricos y muy malos.
Os muestro algunas imágenes de los trabajos realizados.
El forense estuvo
observando el mismo papel más de cinco minutos, no reaccionaba. Miró fijamente
el cuerpo de Tamara, su cabello rubio recogido en una coleta, sus labios secos
sin color, su cara pálida de un color azulado, como si la hubieran metido en un
congelador durante días. Alzó su mirada hacia mis ojos y volvió a repetir la
misma pregunta:
-Señorita, ¿Seguro que su
amiga no tenía problemas de corazón?
-No doctor, Tamara no
tenía problemas de corazón, es imposible que en sus análisis diga que murió de
un infarto.
-Señorita, a su amiga le
detectaron fallos en su corazón hace un año, se le recomendó que asistiera a la
consulta de la doctora López, experta en cardiología, pero Tamara no asistió,
¿Sabe por qué?
-Como lo he dicho no sé
lo que le pudo pasar y…en ese instante, divisé bajo la camilla en la que
descansaba el cuerpo sin vida de mi mejor amiga, un folio arrugado, miré al
forense, sus gafas estaban empañadas, el sudor le recorría la frente, intentó
decirme algo pero lo interrumpí para decirle que de qué se trataba dicho
folio.
El forense lo recogió, a continuación empezó a leer:
-Tamara Rey, 19 años,
problemas de corazón, restos de ADN desconocido en sus uñas y…-de su boca
salieron algunas palabras entrecortadas, su respiración aceleró, por fin pudo
terminar la frase- muestra tierra en sus pulmones.
-¿Qué quiere decir?-
pregunté sobresaltada.
-¡Fue enterrada viva!,
¡Tamara fue enterrada viva! ¡A mi hermana la asesinaron!-dijo a gritos una voz
desde el fondo de la habitación. Era Alba, la hermana pequeña de Tamara. Estaba
en ropa interior, con rasguños y manchas de sangre por todo el cuerpo, tenía
unas ojeras muy marcadas por las que cayeron lágrimas tras decir aquellas
palabras, instantes después cayó desplomada en el suelo de aquella habitación
iluminada por una débil luz eléctrica y en cuyo centro descansaba el cuerpo de
la popular y alegre Tamara.
UNA HORA DESPUÉS
Sujetaba un café para
llevar mientras esperaba que la agente Castro llegase quien me iba a interrogar
sobre lo sucedido.
Alba estaba en la U.C.I, tenía señales de arma blanca y restos de ADN en
sus uñas, como su hermana, todo apuntaba a un intento de violación, pero no era seguro.
Ahora sin su hermana, ¿Qué sería de ella? Estaban muy unidas, incluso
salían en la misma pandilla, no tenían mucha diferencia de edad.
-Señorita Castillo, la
agente Castro la espera- me dijo un policía, era joven, seguro que sería uno de
los chicos de prácticas, pero, su cara, me resultaba familiar, sus ojos…esos
ojos verdes…los había visto antes en otro lugar.
-Sí enseguida
voy-respondí.
Entré en una habitación
pequeña, había una mesa y dos sillas, una en frente de la otra, en el centro de
la mesa había tres velas, era la única iluminación de la sala junto con una
ventana, pero al ser de noche no entraba ninguna luz.
-Me temo que el
interrogatorio va a tener que ser así, la luz se acaba de ir. Buenas noches soy
la agente Castro- dijo una mujer morena de cabello rizado, tendría cincuenta
años, su cara reflejaba cansancio, como de estar varias noches sin dormir.
-Buenas noches, soy
Alicia Castillo, mi…mi amiga murió esta tarde y...
-No se preocupe, sé toda
la historia, tome asiento por favor.- A continuación abrió una carpeta y empezó
a leer- Tamara Rey, restos de ADN en sus uñas, problemas de corazón y…-tragó
saliva- tierra en sus pulmones.
-Así es, esta tarde me
llamaron diciendo que tenía que identificar un cuerpo que había sido encontrado
en la playa, no me dijeron quien era pero enseguida supe que se trataba de
Tamara.
-¿Por qué?
-Esa playa está a más de
85 Km de aquí, ninguna de mis amigas iría a una playa tan lejos, ninguna
excepto la arriesgada Tamara.
-¿Cómo sabía que sería
algunas de sus amigas?
-Me dijeron que era una
chica joven.
-¿Conocía mucho a la
fallecida?
-Sí, era mi mejor amiga,
desde pequeñas hemos estado muy unidas, hasta hace aproximadamente un año….se
empezó a escapar de su casa, dejó de salir con mis amigas y conmigo e incluso
se distanció mucho de Alba, la chica que está en la U.C.I, su hermana pequeña
con la que estaba muy unida. Tamara me dijo que su hermana empezó a salir con
un antiguo novio suyo y eso le molestó mucho pero a ella a ese tipo de cosas no
le daba mucha importancia, es lo que me
resultó raro.
Después de más preguntas, les pedí un descanso, aún no me hacía a la
idea de que mi amiga se había ido, aquella con
la que compartía tantísimos recuerdos, gustos, secretos…se había
marchado, para siempre.
Salí de comisaría, mi
coche no arrancaba, se había quedado sin gasolina, de repente alguien golpeó la
ventanilla de este. Era ese policía que me resultaba tan familiar.
-¿Alicia? Soy el policía
de antes si quieres te llevo a casa en mi moto, está aparcado a dos manzanas
más abajo- Me miró con una pequeña sonrisa, al ver que yo estaba confusa- No te
asustes, ya me conoces, soy…bueno, era el primo de Tamara, nos conocimos en la
fiesta que dio por su cumpleaños, ¿Lo recuerdas?- Y decía que lo conocía de
algo, lo que no recordaba es que era el primo de mi amiga.
-Si claro, tu nombre
era…¿Álex?
- Sí, sí, Álex.
-Pues de acuerdo me voy
contigo. En ese instante la radio del coche se encendió sonando a todo volumen,
una y otra vez, el estribillo una canción de rock: “Cuidado nada es lo que
parece”, mientras los intermitentes del coche parpadeaban al ritmo de la
canción que finalmente reconocí, esa canción la empezó a escuchar Tamara hace
cuatro meses, cuando cayó en depresión por un tema aún desconocido para
mí.
Menos mal que Álex logró sacarme de allí.
Me duché, me puse mi
pijama y cuando volví al baño, quedé impactada, en el espejo, escrito con
pintalabios rosa, el pintalabios de Tamara, aparecía el estribillo de esa
canción de rock: “Cuidado nada es lo que parece”
-Madre mía, ¡Ayuda!-
grité mientras salía corriendo sin dejar de mirar tras de mí. Minutos después
subieron mis vecinos para ver de qué se trataba pero...no había nada. No me lo
podía creer ¿Cómo era posible?
Al día siguiente, decidí
ir a ver por última vez a Tamara, antes de que la llevaran a incinerar. Quedé
con Álex, era su primo, era normal que quisiese ir.
Cuando lo vi, me llamó la atención un
tatuaje con forma de espiral que tenía en la nuca, lo miraba cuando mi móvil
comenzó a sonar, abrí el bolso para sacarlo y…
-¡Ahhh!- grité, este
estaba lleno de tierra y lombrices, también había pedazos de hielo-¡¿Qué es esto?!- Álex quedó
atónico, más que yo.
Nos subimos en su coche
donde me llamó la atención varias cosas: en el asiento trasero había un
pintalabios rosa, el pintalabios de Tamara, el mismo color del que pintaron eso
en mi espejo. Junto a este, había un cuchillo. Miré al policía al que había conocido
prácticamente ayer, sus manos estaban arañadas, en el suelo del coche, había
una revista de helicópteros, al parecer él pilotaba uno, finalmente vi una foto
suya con Tamara, en la misma playa donde fue encontrado el cuerpo de esta.
Decenas de preguntas recorrieron mi mente en ese momento. Por fin llegamos,
bajé del coche y entré en la sala donde descansaba el cuerpo de mi amiga, no
había nadie, sólo ella y yo.
Me
acerqué, acaricié su cabello y me percaté de un detalle, tenía en el cuello, el
mismo tatuaje que tenía Álex, también me fijé que no tenía uñas, algo raro en
ella ya que siempre las tenía muy largas, entonces recordé los rasguños en las
manos del joven policía, miré a mi amiga y entonces recordé esa fiesta de
cumpleaños, Álex, el chico de ojos verdes, era el novio de Tamara que todas
conocimos esa misma noche, también fue un ligue de Alba quien me enseñó fotos
suyas, estaba un poco obsesionada con él y al igual que su hermana mayor,
coincidía en que tenía unos ojos preciosos. Esto me hizo recordar el momento en
el que Alba apareció diciendo que Tamara fue asesinada, en ese instante el
forense me decía que mi amiga presentaba problemas de corazón…Álex pilotaba un
avión, en el que Tamara se habría montado alguna vez, pero a ella le
atemorizaban las alturas, esto podía provocar pequeños infartos…también en el
coche de este chico había un cuchillo, Alba tenía rasguños por su cuerpo….y las
dos hermanas tenían resto de ADN en sus uñas…todo encajaba:
-¡Álex asesinó a Tamara e
intentó hacer lo mismo con Alba!- grité sorprendida. Noté una respiración
acelerada detrás de mí, era Álex, tenía en su mano el mismo cuchillo:
-La metí dos días en un
congelador, la maldita aún seguía viva, la tuve que enterrar viva para que muriera,
pero había una testigo, su hermanita Alba quien escapó de mi, vivirá para
contarlo pero la tomarán por loca- tras una breve pausa, recorrió con la punta
del cuchillo mi cara- Y tú, tú no vivirás- Alzó el cuchillo y cuando estaba
dispuesto a clavármelo unas manos agarraron fuertemente el cuello de Álex hasta
asfixiarlo..¡Era Tamara! Tenía los ojos rojos y la piel pálida, me miró y tan
sólo dijo:
-Amiga, cuidado, nada es
lo que parce- al segundo volvió a caer en esa camilla de metal el cuerpo inerte
de Tamara Rey.
Mª JOSÉ MEDINA DEL VALLE. 3ºESO A
¿Quién es mamá?
Era una noche oscura, sin luna, sin
viento, en un pequeño pueblo. El joven Calum vivía solo con su madre, ya que su
padre había muerto años atrás en un accidente de tráfico.
Mientras mamá preparaba la cena, Calum
jugaba en el piso de arriba. De repente hubo un fugaz apagón, la bombilla de la
habitación del chico se apagó y dos segundos después se volvió a encender.
Abajo, la televisión dejó de funcionar, la luz regresó pero no se oyó ningún
ruido.
Unos segundos después escuchó cómo un vaso
se caía al suelo. Se levantó de repente y preguntó:
* ¿Mamá? ¿Estás bien?
Esperó de nuevo pero nada. Silencio
absoluto. Cuando se dispuso a bajar oyó el grito de mamá.
*¡AAAAHHHHH!
Calum se quedó totalmente congelado. Su
madre, la fuerte mamá protectora que siempre le cuida gritaba de auténtico
terror. Antes de poder reaccionar la volvió a oír.
*¡Calum, baja
deprisa! ¡Calum ayúdame por favor!
Este corrió escaleras abajo pero todo
estaba oscuro, la luz no había vuelto como en el piso de arriba. Se dispuso a
caminar hacia la cocina cuando de repente, una mano le tapó la boca y lo
arrastró a un armario y cerraron las puertas. El grito se repetía.
*¡Calum, baja deprisa! ¡Calum ayúdame por favor!
Pero el joven ya no estaba preocupado
por su madre, porque ahora estaba con ella. Se giró y vio la cara de su madre
intranquila diciéndole que estuviera en silencio. Y así lo hizo mientras se
preguntaba ¿quién o que gritaba desde la cocina con la misma voz de mamá?....
Rocío Barragán Moreno, 3º ESO C
Aquí tenemos el resultado de esta actividad.
Pero no os vayáis todavía, aún hay más (HALLOWEEN II-III)
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