Nuevos relatos. Cada uno tiene un detalle, una razón, un final,...pero todos tienen algo de su autor.
INMACULADA MERINO FERNÁNDEZ (3º ESO A)
RELATO Nº 2
LA SOMBRA
-¡Baja ahora mismo!- gritó mi
madre desde la cocina. Parecía enfadada, así que no quise hacerla esperar, dejé
mi libro de matemáticas encima del escritorio y bajé las escaleras más rápido
de lo normal, tanto que casi llegando al último escalón tuve que agarrarme a la
barandilla porque casi me caigo.
-¿Qué significa esto?- dijo
mientras señalaba un tarro de lasaña ya vacío encima del fregadero-¡estoy muy
cansada de que lo dejes todo siempre tirado por ahí!
-Lo siento mamá, tenía muchas
cosas en la cabeza y no me acordé de tirarlo -ella no parecía conforme con la
respuesta, pero aun así puso cara de resignación y me dio la espalda.
Volví a subir las escaleras, esta
vez tranquila, pues no tenía ganas de llegar al dormitorio, aún mis cosas
estaban en cajas. Nos habíamos mudado hacía tres días, veníamos de Madrid, y
ahora nos tocaba estar en un pueblo pequeño de Andalucía, en una casa vieja. Solo
porque mamá estaba muy estresada allá en la ciudad y pidió el traslado. Yo
sabía que aquello no era cierto, todo había ayudado que papá y ella se
divorciaran, pero no podía culparla.
Aquella casa era tan vieja que
sonaba toda la estructura por las noches, yo dormía con mamá desde que papá se
fue, y la verdad, lo agradecía. Porque yo sola en aquella habitación tan grande,
tan oscura, tan vieja, tan helada, se me ponían los pelos de punta solo de
pensarlo.
Yo siempre había imaginado el sur en manga
corta, con el sol siempre brillando, y, sin embargo, parecía que no, que en la
sierra, en pleno octubre, por las mañanas hacía frio, y por las noches era
mejor dormir con edredón.
Era 31 de octubre cuando todo
empezó. Mamá y yo decidimos ver el típico especial de Halloween que ponen en
las emisoras de pago, películas muy antiguas y malísimas que al menos te hacen
la noche más entretenida.
De repente, se fue la luz, y solo
quedó la iluminación que daban las velas que habíamos encendido en la cocina
para que se fuera el olor a quemado de la cena.
Sin más una sombra apareció al
otro lado de la entrada. No parecía tener rostro, pero estaba demasiado lejos
como para que la figura pudiera ser simplemente humana, parecía deforme a esa
distancia. Mamá dio un grito cuando la silueta comenzó a acercarse a nosotras a
través del pasillo. Sin lugar a dudas era la sombra de un hombre, era grande,
alto, y llevaba capucha.
Tenía la sangre helada, estaba
petrificada, muerta de miedo. Mamá se levantó, se fue a la cocina y me agarro
del brazo para llevarme con ella, sólo en ese momento reaccioné para levantarme
del sofá y correr. Ella cogió un cuchillo del primer cajón.
-Estoy armada, váyase y no
lamentaremos daños- gritó desesperada desde la cocina. Pero desde allí ya no
podíamos ver nada.
Teníamos que salir.
Mamá estaba delante de mí, pero
allí ya parecía no haber nada. La luz volvió, y el estruendo de la tele nos
hizo gritar a ambas. Salimos de la casa y llamamos a la policía, dio un repaso
a toda la casa y allí no encontró nada. Así que volvimos a entrar, cogimos una
manta y dormimos en la cama con la puerta atrancada y muertas de miedo.
Pero aquello solo fue el
principio.
Lucía Naranjo Garrido
3º ESO - A
RELATO Nº 3
NURIA BECERRIL MORALES (3º ESO B)
RELATO Nº 4
Bienvenidos
al Hotel Larence
-
¡Jesús!
¿Estás listo?
-
Sí
-
Vale
Después de
que Jesús bajara las escaleras Claudia y él se dirigen hacia el coche, cerrando
la puerta, se marchan a un hotel para
pasar el puente de halloween.
-
El
hotel dicen que es precioso y tiene piscina climatizada.
-
Vale,
pero ¿Par dónde giro?
-
Gira
a la izquierda.
Al llegar
bajaron del coche y soltaron las maletas, se dirigieron a recepción.
-
Hola, buenos días
-
Buenos
días. Bienvenidos al Hotel Larence. Tenemos a su disposición una piscina climatizada,
bar restaurante y cafetería y una sala de juegos. Su habitación es la 305.
-
Vale,
muchas gracias.
-
El
empleado les acompañara.
Subieron las
escaleras y llegaron a la habitación.
-
Bueno
pues aquí tienen les ha tocado las 305, uff.
-
¿Por
qué suspira?
-
Bueno
pues hace años paso aquí una historia que todavía o tiene un por que ni un por
quien. Los empleados del hotel ni la directora no quisimos decir nada para no
perder a los clientes. Hace poco vinieron unos expertos y dijeron que aquí no
había nada entonces decidimos reabrir la habitación.
- ¡¡¡¡Ufffff!!!! ¡¡¡¡qué tarde se me ha hecho!!! me tengo que ir, que pasen buena noche.
María García Sánchez (3º ESO B)
RELATO Nº 5
En una antigua
casa a las afueras de un pueblo, vivía una familia compuesta por un padre una
madre y un chico llamado Alan.
En la casa antes había vivido una familia a la
cual nadie quería en el pueblo por ser de una clase social distinta y por vivir
alejada por un pueblo.
Un día frío de invierno la gente decidieron matar a la
familia, y a Alan lo enterraron al lado de la casa junto a un árbol.
La familia
que vivía actualmente allí, estaban muy cómodas la primeras semanas incluso
decidieron comprar muebles y restaurar un poco la casa para quedarse
definitivamente allí. Pero conforme que iba pasando el tiempo iban pasando
cosas que no eran normales como muebles que se movían solos, cosas que
cambiaban de sitio...
Un día Alan
escuchó unos pasos en el sótano de la casa. Él estaba demasiado asustado ya que
se encontraba solo en casa. Decidió bajar y de momento vio a un chico vestido
de blanco y con la cara pálida que decía: “AYÚDAME”.
Alan salió corriendo y
llamo a la policía y a sus padres. La policía investigó pero no encontró nada.
Sus padres y la policía no le creyeron y decía que estaba loco.
Al día
siguiente a Alan le ocurrió lo mismo. Al espíritu le daba coraje que a Alan le
quisiera el pueblo y tuviera una buena familia y dinero.
Entonces decidió matar a la familia.
El padre estaba muerto en
la cocina con un cuchillo en el cuello.
La madre tuvo un accidente. Y finalmente Alan murió ahorcado en el mismo árbol
donde fue enterrado aquel chico.
Cristian Morales 3º ESO A
No hay comentarios:
Publicar un comentario